Aún no existe un conceso internacional sobre este campo escénico, sin embargo, algunas propuestas brindan su denominación: “teatro para la primera infancia”, “teatro para bebés”, “teatro para las primeras edades”. En esta nota hablaremos de teatro y primeras infancias, reconociendo en esta pluralidad, a la diversidad y su interseccionalidad (social, étnica, decolonial, intercultural, migrante, religiosa, de discapacidad, entre otras). Estudios internacionales resumen características esenciales sobre este teatro en cuanto a: una mayor experimentación en todas las dimensiones del montaje, ausencia o borde de la proximidad con el público (expectación e inmersión), más poeticidad que narratividad, más amplitud de lenguajes (sensorial, musical, corporal, audiovisual, en detrimento del verbal), mayor condensación simbólica, duración breve, temas de la realidad muy vinculados a las experiencias vitales de esas edades.
“Con o sin investigación formal, los artistas en este campo están redefiniendo los límites del teatro, el juego y el aprendizaje, con la colaboración de sus entusiastas audiencias jóvenes”. (Weinert-Kendt, 2010: 45).2
El Proyecto UPA utiliza diferentes lenguajes artísticos (la música, el teatro, el clown, la danza, la narrativa, los títeres) y propone una experiencia integral para ir al teatro en familia. Por primera vez se abre una sala convencional, se adapta, con lo que significa la vida de una familia con bebé: no hay butacas, no hay platea, hay un proscenio que está cercano, hay un manejo de las luces y del sonido particular, hay un tiempo acotado de duración de los espectáculos, hay una dramaturgia de escena por escena donde los juegos comienzan y culminan para invitar a cada espectador/a a lo que pueda conocer. Las familias se sorprenden con el suceso, para lo cual hay una propuesta estética pensada por artistas (jugadores de otra parte del mundo)3 coreografiadxs, dirigidxs en una estructura, con una puesta en escena, con un músico que adapta las escenas a cada necesidad. Este efecto escénico dispone una relación entre lo bueno y bello que puede pasar en el escenario y con esa otra situación que se da entre lxs bebés cuando están mirando algo por primera vez y juntxs, como una experiencia inédita (de salir de las casas) y de esas familias que acompañan, sorprendidas, disfrutando y valorando ese “sostén” que dan a la vivencia.
Gabriela, como inspiradora de esta especialización teatral en nuestro territorio y al mismo tiempo innovadora, al abrir un camino inexistente, recalca que esto lo fue descubriendo en el hacer, basada en su formación musical y como docente de primeras infancias en instituciones educativas. Pero nada de eso hubiese sido posible sin la complicidad de artistas que acompañan y acompañaron el proyecto poniendo de si mismxs, de sus capacidades profesionales artísticas que, a la hora de encender el juego en el auditorio, interpretando quien era esa platea “pequeñita”, comenzaron a llenar de sentido y argumento lo que iban descubriendo. “Todas, experiencias artísticas que fueron interpeladas por estos modos de hacer teatro para bebés, porque el auditorio requiere algo diferente”, afirma Hillar.
Se unen a la reunión de manera virtual, Florencia Piturro y Ayelén Seleng de Canciones a Upa, quienes inspiradas en Proyecto Upa crearon sus propias propuestas de teatro para primeras infancias; Jorge Soldera que es el músico que desde el día uno pensó y creó la música original; Verónica Bonino de Circo a Upa, intérprete, directora y co creadora de la narrativa en clave de clown; Analía Tarrío Lemos, actriz, dramaturga y co-organizadora del I Festival de Teatro para Bebés en Argentina FITBA 2014 y Rosina Calabria con quien han inventado un espacio de juego en el teatro llamado Upando, actualmente intérprete de Los Mundos de Manu y Luna y su mundo miniatura, con quienes intentamos, a través de este dialogo, reconocer las tensiones de espacialidad, actuación y musicalidad que requiere el teatro para primeras infancias. La pregunta a Jorge Soldera ancla directamente en cómo se piensa la musicalidad para estas experiencias. Él nos cuenta que cuando comenzaron no tenía una especialidad musical trabajando para infancias y teatro, hasta ese momento era un compositor de oficio (como se suele decir en el ambiente). Fue convocado por Gabriela y cuando la vio trabajar en la sala con los grupos, se sintió convocado a tomar el desafío y desarrollar ideas para la realización de la producción musical de Canciones a upa. Para ese primer espectáculo, Jorge partió de su mundo de infancia. En su casa, de 0 a 7 años, convivía Gardel con Los Fronterizos y Donna Summer que traía su hermana y Nino Bravo que escuchaba su mamá. Ese es su universo musical, por lo que no cree que haya “música infantil”. Esa producción terminó siendo teatral por la lírica diseñada por Gabriela, asegura. Hoy sigue pensando lo mismo, las tonalidades, los ritmos, los arreglos llegan de ese universo sonoro. Para Jorge no hay recetas y menos repetibles, se sienta a componer abriendo el corazón a esas evocaciones que se inspiran en los contenidos de cada espectáculo, fielmente elaborados para esa platea pequeña. No intelectualiza la música, se conecta de una manera lúdica. Trabaja desde el sentido de lo que se quiere expresar musicalmente y por ninguna razón, se aniña o se restringe el repertorio.
Rosina Calabria, una de las últimas incorporaciones actorales al grupo nos cuenta que, en pandemia, realizaron algunos video-ensayos para la creación de Luna un mundo en miniatura. Las imágenes llegaban a Jorge, las tomaba y devolvía a los ensayos propuestas que retroalimentaban ese vaivén de diseño. “En un espectáculo para infancias no es necesario que haya un concepto de infancias que nos limite, ¿quién lo determina así? Eso no sucede en el espectáculo, es música en conjunto con todo lo que proponemos artísticamente. Las infancias nos devuelven el asombro permanente, la alegría, la intriga, la fascinación por describir lo simple. Una oportunidad maravillosa y eso, otorga un valor agregado porque no solo me permite estar en el verdadero y continuo presente de este inicio de vida, también, me invita a mirar el mundo que les estoy presentando como adulta y filtrarlo para enseñarlo con arte y desde esas impresiones que nos regalan, lo cual resulta un verdadero privilegio”, expresa Rosina.
Para Florencia Piturro la preferencia desde lo técnico en la espacialidad es pensarla a piso para que, quienes actúan puedan hacerlo en plano medio e incluso, poniéndose a la altura de los ojos de lxs bebés. Agrega que, “Para que la experiencia pueda suceder es importante esclarecer los bordes, ya que, también como madre, necesito encontrarme con la premisa de Gabriela al comenzar cada función: ‘Tranquilxs, que todo lo que sucede acá está bien, lo único que les pedimos es que no ingresen al borde del escenario’, para poder relajarnos y disfrutar”.
El espacio también opera como esferas que se van abriendo, ya que hay un plano de expectación, de ver a esas criaturas viviendo esa experiencia. El borde permite que todo sea posible. El área del “mirar” puede suceder a upa, en el suelo, con inquietud, en relax… Sin embargo, no son espectáculos inmersivos y de interacción o escenarios lúdicos pedagógicos. Lo relevante para Proyecto Upa es sostener espacios de expectación, mediados por ese borde con el público (familiar).
Momento en el que cabe reflexionar acerca de este proyecto como una de las primeras escuelas de espectadorxs, no solo por las edades, también, porque genera interés en las familias adultas a buscar otras teatralidades. “Nos pasó especialmente eso con Danza a Upa, las familias nos transmitían que nunca habían ido a ver danza y se proponían asistir a esa posibilidad escénica”, recuerda Gabriela. Proyecto Upa tiene un área social muy comprometida con quienes se acercan, insistiendo en el derecho a la cultura, generando funciones con el programa Mapadrinxs Culturales, donde familias que sí pueden pagar las entradas, donan a otras familias la posibilidad de concurrir al teatro. “Mi papá nunca me llevó al teatro”, fue el comentario de un joven padre al salir de una de las funciones. “Yo estoy feliz de haber venido, porque el teatro es hermoso”.
Cuando hablamos sobre el entrenamiento actoral, Ayelén Selen y Analía Tarrío primero se emocionan por la posibilidad de este reencuentro grupal y recuerdan el momento en que llegaron a este proyecto. Una, luego de trabajar en La Galera Encantada con Héctor Presa en obras infantiles, incluso, aclaramos que ese concepto está renombrado como teatro para infancias y Ayelén atesora una nueva forma de encarar la actuación. “En principio, con alguien más grande, una puede prever cuáles van a ser las reacciones según están pensadas las escenas con el espacio y me encontré que, para lxs bebés, eso era totalmente imprevisible”. Analía se une al concepto de imprevisibilidad: “Es un desafío constante para mí como actriz. Este teatro es una experiencia estética que propone un presente continuo, porque lxs bebés, viven en un presente continuo y esto implica pensar el tiempo de otra forma y me supone una gran responsabilidad saber que yo estoy formando parte de la primera experiencia estética que esa niña, niño, niñe está viendo. Soy consciente de que estoy dejando una huella que, intento, sea agradable”.
Para Verónica Bonino, como pasaya, esa imprevisibilidad está ligada a la improvisación, es la base del trabajo con ciertas pautas de tiempo más limitadas a la atención. La vida pasaya es sensible a la percepción del espacio y la situación. Al trabajar para bebés se trata de “ajustar el dial” a lo que acontece que, no siempre es una risa, sin embargo, esx bebé la está pasando bien, aclara. “A mí no me cambia si la propuesta es para bebés o para adultez, es un espectáculo. El tempo payaso (un, dos, tres, remate) es el mismo, solo se ajusta la intensidad, porque no puedo hacer un golpe fuerte o un movimiento muy brusco”. Verónica retoma el tema de la espacialidad y acuerda que este público viene a ver un espectáculo con modalidad de función distendida4 si se quiere, sin embargo, no es la hora de juego libre o un evento de animación.
Ayelén agrega que, en su tesis de la Universidad Nacional de las Artes (UNA) se propuso pensar los puntos de encuentro o de fuga entre actriz y pasaya y descubrió que, lo que une es esa posibilidad de “fracasar con proeza”, de la misma manera que lo hace el público, en un ida y vuelta, con espontaneidad, sin evadir lo que está ocurriendo. Si se evade, se la pasa mal. Ayelén revela que tuvo que desarmarse y fracasar, entrar en diálogo con esa espontaneidad para crear mundo escénico, poniéndose en cuestionamiento el qué venimos a ofrecer de nosotrxsmismxs y qué nos llevamos, punto clave para fracturar el ego y entregarnos al otre. “Aprender a mirar desarmada y detenerme para ajustar lo técnico”. Por otro lado, Rosina llega a Proyecto Upa con más de 30 años de trayectoria en la pedagogía y la animación para infancias con actores y actrices. Ese oficio le permitió incluirse con entendimiento per sé, de tiempo, espacio, mirada, ritmo y ahora su reto está siendo el de conectar con la experiencia estética, salvando no incurrir en lo pedagógico, entregarse el hecho meramente artístico, limitado por el tempo requerido. “A diferencia de las compañeras, yo mido un metro cuarenta y nueve, los planos medios y bajos son naturales en mi vida”.
“El texto del teatro tiene una importancia particular para este niño que entró en la lengua cuando ve que la lengua es entrando en él. (…) A los niños les encantan las palabras, aquellas que pueden entender y aquellas de las que no saben nada. Su sonido, su ritmo, su musicalidad, la riqueza y diversidad del idioma”. Ben Soussan (2005: 60).5
Analía Tarrío, por su parte, organizó el primer FITBA: “Fue un gran desafío. Era la primera vez que compañías de diferentes países nos encontrábamos y fue muy emocionante compartir las distintas perspectivas, enfoques, lenguajes, visiones de la misma pasión que nos convoca. Creo que fue una experiencia nutritiva y enriquecedora como artistas y, también, para el público que pudo disfrutar de espectáculos diversos que proponían nuevos caminos en el teatro para las infancias”. “Proyecto Upa brinda experiencias y oportunidades para las familias y bebés y un objetivo importante ha sido acercarles cada género artístico. Primero, fueron espectáculos con temáticas disciplinares artísticas: Canciones a Upa, para hablar de la caca, el pis, la mamadera, el abandonar, el dejar, el tomar…, hoy, esas canciones siguen vigentes, aunque tuvimos que reversionarlas tomando pautas de género y modelos de familias inclusivas”, nos cuenta Gabriela. “Luego llegó la idea de Circo a Upa, circo y clown, también, como lenguajes inmediatos para las adulteces que acompañan. Más tarde llegó Danza a Upa, donde la escenografía y el vestuario diseñaban la dramaturgia coreográfica; Cuentos a Upa apostando a la palabra; Soluciones para ir a dormir con títeres y, lo más reciente, Luna un mundo en miniatura, como modalidad integrada: en un mismo espectáculo conviven los títeres, la danza, la escenografía como juego, las canciones, el clown, la narrativa. Y, en Los mundos de Manu, nos inspiramos en el arte de otra persona, un arte particular de un chico autista, Manuel Nieto. Nos centramos en el juego, sobre todo, en el vínculo entre los dos intérpretes a través de ese juego. Esta propuesta es la primera donde se realizó un ensamble de todos los lenguajes, para lo cual requirió una dramaturgia más convencional, con manipulación de muñecos”.
Desde el Instituto Nacional del Teatro se viene trabajando de manera transversal con Perspectivas de Género y Diversidad y recientemente hemos incorporado, a esa tranversalización, la Discapacidad. El INT lleva a adelante políticas públicas que garanticen estos derechos y nos interesa saber cómo se incorporan a las prácticas escénicas. En este sentido, Gabriela lo ejemplifica. “Además de los contenidos, como en Los mundos de Manu, siempre trabajamos con población diversa, por eso pensamos mucho en cómo recibimos al público, cualquier persona que quiera venir, puede participar. En especial, Circo Clown está dispuesto para todxs, hacemos funciones para chicxs con distintas discapacidades al mismo tiempo. Ponemos a cuidado, como ingresar al espacio, que, en general, se presenta como no cotidiano, con gente desconocida y dentro de una experiencia que se especta en comunidad”. Los lineamientos y poéticas teatrales que han iluminado a Proyecto Upa han sido la escuela Midoneana (Hugo Midón)6 sobre la base de que nada quede por fuera de la lógica de lxs niñxs; la Escuela Dinamarquesa de Teatro, que valora la simplicidad asociada a la belleza, donde el objeto cobra sentido al estar portado por un personaje que se vincula especialmente con él; y, el propio mundo de infancia de Gabriela, con variedad de géneros musicales, entre los que destaca al grupo Pro Música de Rosario y la vida compartida con Jorge (Soldera). “El eje de lo que hacemos es el juego escénico, el vínculo tripartito (escena- público-público entre sí) y la música, como rasgo distintivo, porque todo tiene música original, inspirada en las propuestas actorales de cada intérprete”, concluye Gabriela Hillar. La huella Midoneana ha involucrado a quienes están en esta reunión, sobre todo por la puesta en valor de los dispositivos escénicos en comunión con los derechos y amparos de las niñeces.
Artistas fundamentales de Proyecto Upa que no pueden dejar de nombrarse: María Mangone; Estela Rufaldi; María Marta Valdez en la dirección y puesta de las distintas versiones de Canciones a Upa 1993-2019; Marisa Quintela coreógrafa creadora de la propuesta de Danza a Upa; Gabriela Tognetti co-creadora de Cuentos a Upa; María Belén Hillar en la dirección y puesta de Nonino; Natalia Bindeinmaster y Lupe Lombardozzi responsables de la primera propuesta de títeres para bebés Soluciones para dormir; Daniela Fiorentino en la puesta y dirección de títeres de Los Mundos de Manu junto a Maria Mangone. Estamos conmemorando los 40 años de Democracia, Proyecto Upa se gestó y creció en esta coyuntura de derechos y como tal, Gabriela explica que se han basado en la Convención Internacional de los Derechos del Niñx7: “Nos amparamos en la perspectiva de que todo ser humano tiene derecho a la belleza, derecho a la ternura, derecho a la cultura. Acompañamos las nuevas políticas de infancias que le otorgan visibilidad a los tiempos de crianza y sus contextos, maternidades en situaciones de violencia, maternidades adolescentes. Por eso, consideramos que venir a compartir una experiencia estética de teatro es una posibilidad de generar algo de igualdad o bien, este convivio de ternura es una alternativa para contribuir a bajar los índices de violencia que se expresan en ciertas familias”.
En 2014, se realizó el primer FITBA -Festival de Teatro para Bebés en Argentina-, con espectáculos, charlas y talleres entre familias, artistas, educadores y especialistas en crianza, en donde, además, se concretó la “Red Vincular – Red latinoamericana de creación escénica para los primeros años”, para nuclear a compañías internacionales que trabajan en la formación y propuestas escénicas. Queda un desafío por delante para Proyecto a Upa o para quienes quieran tomar la posta, una formación argentina especializada en teatro para primeras infancias, aunque, estas actrices ya están transitando y liderando sus propios proyectos artísticos luego de haber integrado este viaje “en miniatura”.
Cronología de espectáculos
1993-2019. Canciones a Upa y arriba el telón, Canciones a Upa, El recital de Canciones a Upa. (Siete versiones de la misma obra con diversos elencos de tres o de dos intérpretes y variaciones en las puestas, los vestuarios, la escenografía, los objetos, algunas de las letras de las canciones).
2008. Soluciones para ir a dormir. (Obra de títeres temática los miedos y el sueño).
2010. Circo a Upa. (Obra de clown y destrezas circenses Básicas).
2012. Danza a Upa. (Obra de danza inspirada en la técnica de la Coreoformografía desarrollada por Flora Martinez, coreógrafa argentina).
2015. Cuentos a Upa. (Obra con canciones y narraciones breves y lúdicas).
2018. Nonino. (Obra musical sobre todo lo posible para para hallar el buen sueño).
2021. Los Mundos de Manu. (Obra de títeres y canciones inspiradas en las producciones plásticas de un artista autista, Manuel Nieto).
2022. Luna un mundo en miniatura. (Obra basada en una intérprete de tamaño pequeño que presenta un mundo de objetos en miniatura para jugar y cantar).
NOTAS
1. Planeta Juego es un espacio de propuestas educativas-recreativas para niñxs de 0 a 3 años y sus familias. Encuentros de una o dos veces por semana, de una hora y media de duración. En grupos divididos por edades, conformados por un máximo de 10 familias. Coordinadas por profesionales especializados en Educación Temprana.
2. Weinert-Kendt, R. (2010). Llega el teatro para primeras edades: ¿obras para niños de tan solo un año? European Artists Lead the Way,but U.S. Companies Are Catching Up. American Theatre27 (7): 42-46.
3. Jugadores de otra parte del mundo: tiene como origen la palabra que define una obra de teatro en inglés play, de allí denominar a los intérpretes players. En el teatro para bebés en la formación y propuestas escénicas. Queda un desafío por delante para Proyecto a Upa o para quienes quieran tomar la posta, una formación argentina especializada en teatro para primeras infancias, aunque, estas actrices ya están transitando y liderando sus propios proyectos artísticos luego de haber integrado este viaje “en miniatura”. Latinoamérica este concepto se toma con fuerza en México desde la perspectiva en la cual lxs actores juegan en un juego escénico, un aquí y un ahora y, que, luego para completar la experiencia estética se abre y ofrece un espacio de juego con material llamativo vinculado a la propuesta y los “actores” juegan con los bebés y sus familias.
4. Función distendida: Es una función sutilmente modificada para personas con dificultades sensoriales, espectro autista, trastornos de aprendizaje y otras necesidades especiales en la comunicación o bien para primeras infancias, que de otra manera no pueden disfrutar del teatro. Esta adaptación se implementa principalmente suavizando las luces y el sonido. Se evitan estroboscópicas, flashes y estridencias, gritos y sonidos fuertes y/o agudos. Se mantiene encendida la luz de sala durante toda la función. Se cuenta con un área de descanso y se promueve una atmósfera tolerante en la sala en cuanto a sonidos o movimientos.
5. Ben Soussan, P. (2005). Teatro para público joven: ¿prohibido para menores de 3 años? Spirale, 35, 43-61.
6. Hugo Midón. Poeta, actor, autor, director y maestro, creador del teatro para infancias y la comedia musical argentina con innumerable producción de espectáculos. Fundador del Centro de Formación Teatral Río Plateado.
7. Convención sobre los derechos del niño (CDN). Declarada el 20 de noviembre de 1989. Un tratado internacional que reconoce los derechos humanos de los niños y las niñas, definidos como personas menores de 18 años, y que obliga a los gobiernos a cumplirlos.
FUENTE: Prensa Instituto Nacional del Teatro / Texto de Claudia Quiroga publicado originalmente en Revista Picadero 47.
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