La mujer puente está inspirada en la vida de Ariela Saldivia y la de Sara Szabo Zalán.“De orígenes muy diversos, llegaron a esta ciudad, que no alcanzaba los 4000 habitantes, con la esperanza de un futuro mejor”. Ariela llegó de Chiloe, y durante 7 años trasladó pasajeros con su bote a remo entre las dos márgenes del río Grande. Sara había nacido en Hungría. Con su esposo instalaron la fábrica Parquet Futura, que funcionó entre los años 1958 y 1962 en aquel inhóspito Río Grande.
“La historia de La mujer puente nació en la virtualidad del 2020” contó a través de sus redes Virginia Ariztoy. “Victoria Lerario dictaba un taller de monólogos desde Ushuaia y yo lo tomé desde Río Grande. Después fue Gustavo Daniele quien cruzaba el Garibaldi para dirigirnos. Y por esos caminos que se cruzan o dejan de cruzarse, este 2023 me encontró a mí cruzando la cordillera para volver a darle vida a estas mujeres arriba del escenario”.
Virginia Ariztoy es dramaturga y actriz de la obra, sabiendo que no hubo
confluencias posible entre las protagonistas, crea la ficción de “un efímero encuentro que deja en una de ellas una imagen imborrable. La imagen vuelve una y otra vez con esa potencia silenciosa pero arrolladora que solo las imágenes saben tener. Una potencia que es capaz de invadir el pensamiento y modificar el curso de una vida”.
La versión original de La Mujer Puente, interpretada por Virginia Ariztoy y Valeria
Mire, fue seleccionada como representante del teatro fueguino para la 36º Fiesta Nacional del Teatro desarrollada en la provincia del Chaco. La nueva versión, estrenada en el Teatro del Hain cuenta con la interpretación de Virginia Ariztoy y Victoria Lerario. Gustavo Daniele, director de la puesta, contó después del estreno que: “ me queda la sensación de lo que busqué que se pudiera contar… contar al dedillo la historia, contar la profundidad de la historia, y cómo caló en cada uno de los personajes que
están contando la historia”.
Daniele buscó que el relato pase por la interpretación de Victoria Lerario : “que fuera más la que cuenta, y nos hace vivir las sensaciones” y buscó en Virginia lo vivencial: “que ejecute todo… jugando con las distintos estadios de la edad de esta botera… se nota más que, una está ejecutando, viviéndolo, sintiéndolo, mientras lo vive y la otra, más una cuestión de sensación, y de relato, y de nostalgia por no haber podido concretar eso que anhelaba, ese vivir más salvaje y menos desde la elite de
dónde venía”. Asimismo, más allá que el entorno escenotécnico es el mismo, Daniele buscó reversionar varios momentos apoyado en la posibilidad de trabajar cotidianamente con Victoria Lerario: “yo quería crear y generar que el mismo espacio al final se transforme en fuego, que ese mismo espacio se transforme en el relato de donde revelaba las fotos, el agregar que habla con sus hijas imaginarias y la intervención de Virginia que se pone a jugar de fondo, empecé a buscar que los enlaces fueran más fluidos, solapados, más allá que la obra está hecha y pensada para que vaya sucediendo en distintos momentos fragmentados”.
Sobre la diferencia en los relatos más allá del soporte de la música en vivo en la primera versión, dado por la interpretación de Valeria Mire como música y actriz, Daniele señala que: “Valeria acompañaba más a lo que le pasaba y a lo que vivía el personaje de Virginia, en esta lo que pude lograr era mostrar bien que son dos personajes distintos, con sensaciones distintas, que se entiendan las historias y los pesares individuales que sienten cada una; cosa que en la primera versión era más que nada acompañar en el pesar de Valeria hacia el personaje de Virginia”.
La primera función de una nueva versión siempre permite dimensionar el potencial de ese nuevo trabajo: “salimos con la sensación que podemos, que la obra está para más cosas, que está para potenciar y jugarla aún más, para encontrar la dinámica en un continuo ritmo más allá de algún quiebre”.
Sobre la dinámica del relato, Gustavo destaca que: “traté de buscar como una historia contada en un con un ritmo casi monocorde, pero no molesto” Daniele intenta hacer una comparación para explicarse poniendo de ejemplo el tema musical de Misión Imposible y dice: “es una continua música igual con alguna variación pero siempre se repite la misma música (tararea la onomatopeya) bueno a eso me refiero, busqué eso, que fuera un lugar en donde, sinceramente, no vuele una mosca, creo que lo logramos”.
Para lograr este reestreno, en esta nueva versión hubo: “Idas y vueltas por la ruta 3, con el paisaje tan cambiante como bellísimo en cada km. Como nuestras idas y vueltas por la vida, como las de Ariela y Sara, dos mujeres que como muchas de nosotras vinieron a esta Tierra del Fuego en busca de un futuro mejor.Ellas, dos pioneras” resaltó Virginia agradecida de un equipo de teatristas que hizo posible el encuentro con el público: la Sala Teatro del Hain, la dirección de Gustavo Daniele, la asistencia de Laura Santamaría y el acompañamiento en la actuación de Victoria Lerario.
FUENTE: Gustavo Daniele / Virginia Ariztoy.
PRODUCCIÓN: La Mirada.
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