La Legislatura declaró de interés provincial y cultural a la deportista riograndense Tania Sandoval luego que en enero pasado alcanzó la cumbre del monte Aconcagua (Mendoza). En diálogo con Prensa Legislativa, describió su pasión por los deportes en la naturaleza y describió los preparativos para la empresa que emprendió luego de vencer limitaciones propias.
Mediante la iniciativa del bloque FORJA, la Legislatura destacó la travesía y el esfuerzo deportivo de Tania Sandoval, chaqueña que vive en la Ciudad norte desde los 4 años. La joven deportista, de 36 años, es parte del equipo de trabajo de Recursos Humanos en la Universidad Nacional de Tierra del Fuego (UNTDF) y llegó a la cima de la montaña más alta de América a los 6962 msnm, parte de la cordillera de Los Andes.
El autor del proyecto, legislador Federico Greve, destacó en los fundamentos de la declaración, que Sandoval se preparó durante el 2022 para concretar el objetivo de alta montaña. Así, en enero de 2023, alcanzó su meta en la localidad de Las Heras. Las y los Parlamentarios, acompañaron el reconocimiento de manera unánime en la pasada sesión ordinaria de la Legislatura.
La protagonista de la aventura contó a Prensa legislativa cómo logró el objetivo. Evaluó que, si bien no tiene una complejidad “muy técnica, más que el uso de grampones e indumentaria apropiada”, no le resultó difícil.
“Vas caminando, aclimatando el cuerpo, por lo menos dos semanas”, recordó Tania sobre el inicio del trayecto en la base del Aconcagua. “Subís algunos cerros, bajas, y así vas adquiriendo clima para generar más resistencia”, contó Sandoval que concretó su objetivo luego de 13 días de vida en la montaña, campamento de por medio.
Sobre la decisión de emprender viaje hacia la montaña, la deportista contó que “al principio, cuando lo pensé, no me animaba porque lo veía difícil. Me decidí a ir cuando entendí que debía pasar la barrera de intentarlo, total hace muchos años que hago montaña”. Tania tiene experiencia adquirida en campamentos de invierno en Tierra del Fuego; escalada en hielo; senderismo y capacitaciones de alta montaña, entre otras. “Todo eso me sirvió para llegar a la cumbre de Aconcagua”.
En esta línea, relató: “Me preparé durante años en montaña sin tener este objetivo, porque me gusta como deporte, cuando lo pensé no me animaba y finalmente cuando lo hice, lo logré”, dijo emocionada.
Entre sus actividades diarias, Sandoval se entrena en un gimnasio y ocasionalmente sale a correr. Su actividad de interés, es el montañismo, “no soy una deportista de elite, solo entrené un poco más fuerte, el año pasado cuando decidí intentarlo”.
Chaqueña de nacimiento, riograndense por adopción, Tania, se preparó primero con información y las experiencias de terceros. “Hablé con muchas personas que hacen montañismo. Por Internet conocí amigos virtuales con los que intercambiábamos información y con un amigo de estos decidimos hacer el viaje: Él ya había ido dos veces, tuve miedo –reconoció- porque no nos conocíamos y las inclemencias que pudieran pasar en medio de la montaña en situaciones complejas, como cansancio o hambre, son difíciles”.
Sobre su amigo y compañero de aventura detalló, a pesar de los miedos por el desconocimiento de ambos en cuanto a caracteres, “no tuvimos inconvenientes y estuvo todo muy bien. Una buena comunicación todo el tiempo, nos apoyamos cuando por momentos por la falta de oxígeno nos faltaba el aire”, dijo.
En este orden, Sandoval relató que en principio hicieron base en Nido de Cóndores, “que está a 5550 msnm, la cumbre a 6900, pero ese trayecto es muy largo y no teníamos más ventana climática. Salíamos a las 9 de la mañana y caminamos todo el día con mucho frio. Estas a -35° de temperatura, sin comer, habiendo tomado un té y con unos caramelos”, para incorporar azúcar al cuerpo y no perder fuerza.
Sobre los preparativos, dijo que en esos días no se hidratan demasiado, “porque se te congela todo, tenés que hacerlo antes, días antes. Hay que comer bien, tomar agua, descansar bien, todo esto antes del ascenso, me empecé a preparar 4 meses antes”, aseguró.
“En las mochilas llevamos 25 kg cada uno y contratamos una mula que llevaba 60 kilos”, con el animal caminaron hasta Base de Mulas, -a 4300 msnm. “Ahí te quedas en Confluencia, que es el primer campamento, dos días. Vamos a Plaza Francia, donde ves la cara sur del Aconcagua”, detalló sobre la travesía que la llevó, luego de 13 días, a alcanzar la cumbre más alta de América.
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