La Compañía de Teatro Onírico Sur fue la anfitriona del Grupo de Teatro Independiente Humo Negro que llegaron desde San Martín de los Andes para montar una de sus obras emblemáticas “Presentes Ausentes”, de Jorgelina “Joly” Balsa y Sandra Monteagudo.
Con la idea de realizar una gira en el extremo sur de la Patagonia, Humo Negro aplicó a un subsidio del Instituto Nacional del Teatro (INT) que convocaba a grupos independientes de la Patagonia a realizar una gira antes del mes de junio. Con el deseo de ser seleccionadas y corriendo antes que las condiciones climáticas hagan imposible transitar por el extremo sur, se lanzaron a circular con su obra por tres ciudades: Río Gallegos, Calafate y Ushuaia.
“Con Presentes Ausentes viajamos mucho y nos divierte mucho poder viajar, y la combineta de viajar y actuar es lo más de lo más” comenta Sandra Monteagudo y agrega que: “esta obra es bastante simple para trasladar y como hace muchos años que la hacemos y sabemos que funciona la ofrecemos con mucha tranquilidad porque sabemos que, para quien nos va a recibir seguramente va a estar bueno, y la gente la va a pasar bien”.
Sobre la gestión ante el INT manifiesta que: “esperemos quedar seleccionadas porque es muy importante el apoyo del INT para poder hacer estas cosas, sino el costo de traslados, alojamientos, comidas, realmente no se cubre ni con el mejor caché que puedas gestionar, porque venir desde San Martín de los Andes a Ushuaia, todos los que viven acá saben lo costoso que es”.
En los tres lugares de la gira fueron muy bien recibidas por los organizadores, en Río Gallegos actuaron en el Teatro Municipal y su anfitrión fue Rafael Castillo, él las alojó en su casa facilitando algunos aspectos de la logística y se manifestó feliz por lo ocurrido: “fueron a vernos estudiantes de teatro, porque hay como un terciario y la
pasaron fantástico… después se quedaron charlando con nosotras, y tenemos la sensación de llevar un trabajo que, por más que tiene muchos años, es muy fresco y la gente disfruta de la actuación que es lo que más nos convoca, más que el tema, por más que el tema también, pero que la gente viva una experiencia de ver dos actrices que la pasan bien en el escenario creemos que es motivador y que hayan ido estudiantes de teatro a ver este tipo de teatro me parece que ahí funcionó muy bien eso con ese público”.
La siguiente localidad fue el Calafate con la organización de Fernanda López López y el equipo de la Asociación de Teatro Libélula Sur: “nos encantó conocer el teatro Libélula Sur, es un teatro que se construyó en los últimos años, de un grupo muy apasionado, un grupo con mucha entrega y después fuimos a cenar con ellos y esta posibilidad de girar, de mostrar la obra nos permite conectar con la gente que está haciendo teatro en otras localidades”
“Ese intercambio, de cómo producen unos y de cómo producen otros, de contar las experiencias… ese intercambio me parece que es un plus a lo que es la función en sí. Conocer un poco el territorio y lo que están haciendo otros compañeros en otros lugares. Muchas dificultades son iguales o muy parecidas” dice Joly… “y muchas pasiones también” remarca Sandra y agrega que: “está bueno encontrarnos charlar y entonces la gira también nos permite eso, no solamente actuar, sino también la posibilidad de
encontrarnos”.
En Ushuaia Santiago y Jimena Hogas organizaron la puesta en su Teatro Onírico Sur del Paseo del Fuego y le brindaron todo el apoyo técnico necesario: “realmente la gente que nos recibió no nos conocía de ningún lado y nos abrieron la puerta de su sala. Esto de ir a un teatro en un shopping, como otra forma de mostrar el teatro, y que la sala esté llena un domingo es muy gratificante”, expresa Sandra, y Joly confiesa que: “emocionalmente es satisfactoria, sí eso… la sensación de mucha gratificación. Nos pasa mucho con esta obra. Es una obra que nos da eso, que nos da gratificaciones, me sale esa palabra”.
Presentes Ausentes se estrenó en diciembre del 2005: “la venimos haciendo hace mucho tiempo. Un chico nos dijo: ¡ah 18 años! son re-compañeras. No sé cómo fue su expresión, pero claro, uno podría pensar que ya estaríamos aburridas de hacerla, y la verdad que cada vez que ocurre, sentimos que está viva y que pasa eso, que se renueva en cada función esas ganas de seguir haciéndola, del disfrute… creo que hay algo del disfrute que nos pasa a nosotras, que es el ida y vuelta del disfrute con el público, que la obra no esté muerta”.
Cabe señalar que, en escena, Sandra y Joly, son dos profesoras que compartieron más de 40 años de sus vidas en una escuela secundaria, se reúnen para recordar viejos tiempos. Ambas están muy cambiadas. «Las chicas» se reúnen todos los años. Ellas compartieron el patio de una escuela hasta jubilarse. Su presente son viejas vivencias. María Isabel (Joly) aparece luego de 18 años y no es fácil el reencuentro. Entre tangos y tragos recuerdan ingenuamente las anécdotas de la vida en la docencia, pero esto las lleva a encontrarse con lo que son y las miserias que callaron por años.
Sandra y Joly destacan que el fuerte de la obra es la actuación: “la obra obviamente tiene un texto con el que la gente hace rápida identificación, tiene un montón de remates, digamos en ese texto hay un código de lo que sería la comicidad, que está ahí como estructura, pero sentimos que el gran sostén es la actuación que va más allá de eso… de esa estructura y de esas formas que tiene el texto. Por ejemplo nos dimos cuenta que pasaba por ahí, porque a veces hay chicos, nenes en la sala y no entienden de qué estamos hablando, ese ligue que puede hacer el adulto no lo hacen, sin embargo sentimos la carcajada de los nenes, y no es para niños la obra, pero qué es lo que les pasa, ellos están viendo ahí algo que tiene que ver con la actuación”.
Sobre la experiencia de llevar la obra a otros países como España y Cuba comentan que: “el chiste, a veces en otro país no funciona, porque los chistes tienen como algo muy del lugar que es lo que causa risa y sin embargo lo que funcionaba era la actuación, entonces sabemos que ahí hay
una fortaleza, pero además yo sé que eso es lo que yo disfruto. Yo no sé si disfrutaría de decir solamente el texto bien dicho, hay algo que poner en juego. Yo, hay veces que sigo sorprendida de algo, de un gesto y eso es como si lo hiciera hace una semana…hay que revivir todo el tiempo, pero de verdad que esté vivo, porque si de verdad no revivís nada, simplemente abanicás un muerto”.
Además del disfrute en la actuación, el texto tiene un andamiaje que permite el juego de las actrices: “la obra la escribimos nosotras a partir de alguna cosa que nos daba ganas de hacer o de contar. Mi mamá fue profesora, el universo docente en mi casa estuvo muy presente. Mi mamá, mi tía, mi abuela” dice Joly y Sandra completa: “en mi caso mi suegra, docente jubilada, se reunía todos los meses con sus amigas en el mismo bar, todas pedían lo mismo, y un poco esa escena y en Buenos Aires. No me ha pasado en San Martín, no me pasa tanto, pero en Buenos Aires vos entras en una confitería y ves una mesa y decís esas son maestras jubiladas, por el peinado, por cómo están vestidas y esa escena nos resultaba atractiva”.
En medio de la obra evocan el momento en que participan de una competencia de nado sincronizado en donde son las únicas participantes: “el nado sincronizado aparece como un capricho. Un día viendo las olimpiadas dijimos ¡ay qué lindo nado sincronizado! y Joly, una vez había hecho una escena en un taller de nado sincronizado”… “Natación en seco” precisa Joly. Una vez que engancharon con ese universo escolar comenzaron a traer nombres al relato, a Sandra le sorprendió que: “en la sala se acercó una chica y me dijo Jorge Luis Sholten fue el director de mi colegio secundario, sí el comercial 15 y ella no lo podía creer …y estaba re emocionada era un tipo de mierda. Estaba como impresionada más que emocionada de haberlo escuchado y haberse viajado al comercial 15”… “Parecía la película relatos salvajes cuando en el avión nombran a uno y todos lo conocen” dice Joly.
“Bueno, fue apareciendo el universo de lo escolar y ahí lo empezamos a llenar de pequeñas anécdotas junto con el mundo de la vejez, de la gente grande” explica Sandra y Joly agrega que: “El otro tinte fue que nosotras hicimos la primaria durante la dictadura, entonces algo de ese color, de aquellos tiempos escolares, empezó a aparecer mucho… la obra tiene esas capas. Como que hay una capa que es el hablar de lo que fue para las docentes de aquel momento estar siendo, de alguna manera, un funcionario público en la época de la dictadura”.
En un momento cantan los singles publicitarios de las propagandas de la dictadura: “lo de la dictadura apareció por las canciones que cantamos, eran las que cantábamos cuando éramos muy chicas, porque la pasaban por la tele todo el tiempo y las cantabas, obviamente sin pensar lo que estabas cantando y Palito Ortega vestido de capitán en los barcos de acá en el puerto de Mar del Plata. La propaganda de Bobby (Operativo Sol de la Policía de la Provincia de Buenos Aires), todas eran publicidades de ese momento y que nosotras las cantábamos así… es muy caprichoso el texto, pero entonces, la costura que tienen esos caprichos es la situación de actuación”.
Sobre la reacción de los diferentes públicos en ese momento de la obra destacan que: “a veces la gente se pone a cantar, a mí me da mucha impresión y muchas veces también la gente se está riendo, riendo, riendo y cuando llega esa parte ya empieza a decir: ‘de que me estoy riendo’. A veces se pone más denso el clima, que está bueno porque mientras los personajes siguen, el mío que es la más facha que está entusiasmada y la otra se empieza a oscurecer, a decir basta, terminala con todo esto, y cuando al público le pasa eso una está contenta, pero cuando se empieza a embalar a aplaudir… (ponen cara que no les gusta) pero bueno… eso pasaba”.
“Presentes ausentes” llegó al fin del mundo y dejó el perfume de un trabajo sólido y aunque al decir de las autoras “es muy caprichoso el texto” las actuaciones son esas costuras que le dan forma y resignifican, en diálogo con el universo interno del público, una época en clave de humor, pero con un profundo contenido humano y cuestionando lo que éramos como sociedad hace cuarenta años.
FUENTE: Compañía de Teatro Onírico Sur.
PRODUCCIÓN: La Mirada.
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