Hoy viernes comenzó en la Antigua Casa Beban el espacio denominado “Deconstrucción de la escena” a cargo del Licenciado José Luis Valenzuela. El mismo cumple con cierta función formativa ya que, en cada uno de los espectáculos José Luis Valenzuela busca encontrar cuales fueron las estrategias de construcción escénicas y arriesga un posible hilo conductor para elaborar un marco teórico que posibilite situar la producción fueguina en el contexto teatral del país.
No es la pretensión de José Luis cerrar la producción en un marco del “deber ser académico”, sino todo lo contrario, abrir el debate buscando la riqueza creativa y la potencia del deseo en los teatristas.
“Es una tarea de nombre difícil” dice José Luis en referencia al espacio de desmontaje crítico que realiza con los Grupos, pero aclara que: “en realidad se trata de recuperar la autoestima de los perdedores, es decir, yo creo que la parte ingrata, es sobre todo el hecho de que sea selectivo este tipo de encuentros, y a veces la diferencia entre el ganador o ganadora y lo que sigue no es tan, tan importante, y además, hay siempre subjetividad en cualquier decisión valorativa. Entonces, mi tarea es la de poder conversar con los grupos, con los protagonistas de la fiesta, y esto es una tarea que se hace cotidianamente antes del veredicto final, de modo que uno se puede limitar a lo técnico a hacer un intercambio sobre las intenciones”.
Pero José Luis entiende que en ese intercambio hay más que las intenciones, ya que: “a veces le preguntas al grupo, bueno ustedes que quisieron hacer, y te van a hacer una historia, todo un relato que es una justificación, en el fondo, de lo que presentaron, y lo que a uno le interesa, es como recibís el trabajo que te proponen”.
Asimismo, resalta la particularidad de quienes realizan este tipo de trabajo en las fiestas provinciales: “como público, nosotros somos un público fogueado digamos, que venimos de muchos años de estar viendo teatro, es la única la experticia o sea la única pericia que tenemos es haber visto mucho teatro y entonces poder decir, qué pasa cuando un trabajo queda insinuado, a mitad del camino, con ciertas líneas puestas en juego, pero no desarrollada. Básicamente es eso… tratar de capturar lo que uno como público recibe como una intención no del todo resuelta, no del todo desarrollada y dar esa mirada a quienes realizaron el trabajo; que en definitiva es lo que importa, quien puso el cuerpo, quien puso la cabeza y la producción”.
Sobre la función que cumplen estos encuentros, dice que: “es una tarea, yo diría entre comillas, didáctica, sin pretender bajar línea de ningún tipo. Apunta, digamos, a situar una producción. Es decir, situarla ya no solamente en un sentido geográfico, sino en todas las condiciones materiales y no tanto, que rodean una actividad artística, porque a veces uno piensa que la diferencia del país teatral, de la geografía del país, a veces tiene que ver con los talentos que están todos allá, en esas ciudades grandes, y no; es una cuestión de proporciones. Un talento está en todos lados, el tema es que no todos están en condiciones de florecer, hay un contexto que va a hacer que muchas cosas queden a mitad de camino. Entonces… bueno, es un poco por ahí donde uno encara la tarea esta de desmontaje, deconstrucción. Yo a veces le llamo micro crítica, porque es como hacer algo tomando el universo de las obras que se presentan, hacer una tarea casi comparativa entre los trabajos, pero que no pretende medirlas con producciones que puedan venir de Córdoba, Mendoza, Buenos Aires”. Y además, distingue de su trabajo que:
“también complementa la tarea de los jurados en el sentido de que, en los jurados hay siempre una mirada en función de la fiesta nacional, de qué va a pasar con un grupo que se elige en un contexto donde hay una prensa, hay un grupo de colegas que van a ser implacables y que van a tener que defenderse esos trabajos solos ahí, solos… ya que se tienen que tener un cierto nivel de solvencia, como para soportar esas comparaciones, eso es todo”.
Cabe recordar que José Luis Valenzuela es investigador, director y docente en artes escénicas. Su práctica en la dirección se ha desarrollado desde 1982 hasta la fecha, principalmente en el ámbito del teatro independiente. Desde principios de la década de los ‘90s ha venido desempeñándose como docente en diversas universidades argentinas, impartiendo cursos de grado y de posgrado. Ha publicado, entre otros libros: “Antropología teatral y acciones físicas”; “Las piedras jugosas”; “Robert Wilson: la locomotora dentro del fantasma”; “La risa de las piedras”; “La actuación: entre la palabra del Otro y el cuerpo propio”; “La mirada antropológica”; “¿Bye-bye Stanislavski?”, y “De la palabra encontrada al dispositivo escénico”.
Vale la pena ir a la Antigua Casa Beban todos los días de la Fiesta Provincial de 10:00 a 13:00 para pensar sobre las producciones del teatro fueguino; cuáles son sus estrategias de construcción escénicas y las diferentes micro poéticas que resultan de esas representaciones.
FUENTE: Instituto Nacional del Teatro.
PRODUCCIÓN: La Mirada.
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