Se trata de un proyecto fotográfico y documental que retrata a estudiantes y docentes de escuelas públicas rurales y registra la amplia diversidad cultural y étnica del país.

Érica Voget y Bernardo Greco llevan adelante, desde agosto de 2018, un proyecto vinculado a la fotografía documental y artística que dio origen a “Memoria Escolar”. Mediante este proyecto, recorren las escuelas rurales de parajes alejados, donde hacen un registro y entregan imágenes escolares, individuales y grupales, de forma gratuita, a los niños y niñas.

Los fotógrafos, Érica Voget y Bernardo Greco.

“Muchos protagonistas de escuelas rurales no han tenido la oportunidad de tener acceso a material fotográfico que registre su paso por la educación pública. La razón principal son las condiciones de marginalidad en que se desenvuelven muchas de estas escuelas y también la ausencia de iniciativas de personas o instituciones que deseen hacer este trabajo”, comparten los autores. Uno de sus principales objetivos fue «revalorizar el paso por la educación pública y gratuita, y la importancia de la etapa escolar en el desarrollo de los chicos”.

Erica y Bernardo son platenses. Cuando se conocieron hace tres años cada uno tenía su propio camino: “Nos encontramos y tenemos este proyecto y otros tantos. La construcción de ‘Memoria Escolar’ la hicimos juntos. Si no fuéramos pareja, no habríamos podido hacerlo, porque se trata de la construcción de la mirada en conjunto y estamos orgullosos de hacerlo”.

En principio, la idea fue de Érica, quien quería empezar con el proyecto en escuelas de La Plata, donde vive. Tiene 37 años, es Licenciada en Caligrafía por la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y realizó una diplomatura en Investigación y Conservación Fotográfica Documental en la Facultad de Filosofía y Letras. Bernardo Greco, tiene 43 años, estudió Comunicación Visual en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y tiene experiencia como director de arte y fotógrafo independiente.

Retrato escolar. Alumna de la Escuela Bilingúe Comunidad Huayquillán Colipilli, Neuquén (2018).

El objetivo principal del proyecto fue llegar a estas escuelas rurales públicas y tomar fotografías individuales a cada estudiante y docente para imprimirlas y entregarlas en mano. Cuando empezaron a delinear el proyecto veían posible volver a La Plata, donde residen, imprimirlas y enviarlas por correo. Sin embargo la tarea no fue fácil, ya que muchos de aquellos destinatarios no tienen dirección postal o viven en localidades de difícil acceso. Una persona que los incentivó a volar un poco más alto les donó una impresora a color, un gran empujón inicial.

A cada escuela que van llevan donaciones de útiles escolares. “Hay cosas que no conocen; les llevamos calcos que es lo que más les gusta. También fibras, pinceles y otros materiales. Eso nos motivaba mucho”, cuenta la pareja de “Memoria Escolar”.

Los Chañares, San Luis.

Sobre la entrega de las fotos, confiesan: “Las caras de los chicos al verse en la foto es impactante. Muchos de ellos jamás habían tenido una foto papel en mano, nadie les había tomado un retrato”. Para ellos, las entregas de las fotografías escolares son tan importantes como el registro documental que realizan a contraturno de la escuela, al visitar y registrar cada familia de la zona y sus actividades diarias. Esto les permite «visibilizar la diversidad cultural y étnica que ofrece nuestro país». Se centran, subrayan, «en lo que genera una fotografía tanto como identidad personal como colectiva, revalorizando la educación pública y la vida rural”.

Paraje Punta del Agua, Formosa.

En 2018, “Memoria Escolar” comenzó en la Escuela El Simbolar y la EPEP N.° 89 de Punta del Agua, un establecimiento en Las Lomitas, Formosa, rodeado de pantanos. La experiencia les abrió la puerta para recorrer, luego, once provincias más. La última fue Salta, en noviembre de 2019. Al poco tiempo la cuarentena los obligó a poner una pausa en el viaje, pero no en el proyecto. Este junio de 2020, por los 200 años del fallecimiento de Manuel Belgrano, el Ministerio de Educación de la Nación realizó una muestra virtual mediante su pinacoteca y editó unos cuadernillos para los y las docentes nacionales, a partir de las fotografías de Érica y Bernardo.

 

 

Estos jóvenes artistas encontraron que había mucho que contar y muchas fotografías que tomar. No siempre las condiciones de viaje han sido las óptimas, dadas las características de las zonas y las rutas de difícil acceso. Sobre el modo en que abordan la tarea, explican: “Los dos hacemos un poco de todo. En este y otros proyectos que encaramos juntos somos Voget-Greco, los dos tenemos cámara, los dos editamos, nos conocemos mucho, trabajamos y nos complementamos. Mientras uno habla con madres, padres, docentes y estudiantes, el otro arma el set o toma imágenes. Nuestro trabajo no solo es el click, sino que implica además construir el espacio de trabajo libremente».

Entrega de carpetas escolares. Paraje Buena Vista, Corrientes. 

Un capítulo de este proyecto está vinculado con la bandera argentina: “Bandera de mi corazón”, con el que presentaron una foto al concurso que llevó a cabo el Ministerio de Cultura de la Nación en agosto de este año. “Abanderado”, la imágen que ellos presentaron, recibió el Primer Premio Categoría Profesional “Banderas de mi corazón” (casualmente, el proyecto llevaba el mismo nombre del concurso). Sobre la foto, señalaron: “Representa un instante significativo y el honor de ser abanderado. El orgullo de llevar en su escuela rural el símbolo patrio en el Día de la Memoria”.

Cocinera de la Escuela Abra Colorada, Jujuy, preparando dulce de membrillo (2018).

La conexión de los artistas con la fotografía y la niñez se fue configurando de a poco. De alguna manera, Érica siempre estuvo vinculada con la niñez: su mamá es obstetra y ella fue voluntaria de Casa Cuna: “Siempre tuve una conexión especial y un compromiso social con la infancia. Siento que puedo dar algo ahí. También soy madre de dos hijos”, comparte. A Bernardo, por su parte, lo acercó la propia fotografía cuando fue papá: “Quería salir un poco del trabajo como director de arte en 3D con la computadora. Entonces, tomé la cámara y nunca más la solté. Mis hijos fueron mis primeros modelos. Hacemos todo como un juego, busco que lo pasen bien, y de alguna manera todo eso lo transmitimos en la imagen. Ese amor que compartimos es lo que se ve en el trabajo. La fotografía es el resultado del encuentro que tenemos en cada escuela y en cada rincón de la Argentina”.

Ema, alumna de la Escuela Satélite, Comunidad Guaraní Andrés Guazurarí, Misiones (2019).

“Memoria Escolar” quiere llegar a todas las provincias que aún le falta visitar. “Cuando termine la cuarentena y vuelvan las clases retomaremos los viajes. Además, creemos que este proyecto se podría aplicar en cualquier país que tenga escolaridad rural y educación pública. Argentina es el comienzo, lo que sigue es Latinoamérica”, coinciden. También está presente en ellos la posibilidad de llevar “Memoria Escolar” a otros continentes; piensan en África, mientras esperan la oportunidad de poder viajar pronto.

 

FUENTE: Ministerio de Cultura de la Nación.

 

 


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