Sus pensamientos sobre la patria, la libertad, la educación, el deber público, la economía y la prensa.

Manuel Belgrano fue un pensador de avanzada para su época. Si bien su formación superior la realizó en España, donde obtuvo el título de abogado, fueron sus experiencias y su contacto con el mundo su mayor fuente de inspiración.

«Confieso que mi aplicación no la contraje tanto á la carrera que había ido a emprender, como al estudio de los idiomas vivos, de la economía política y al derecho público, y que en los primeros momentos en que tuve la suerte de encontrar hombres amantes al bien público que me manifestaron sus útiles ideas, se apoderó de mí el deseo de propender cuanto pudiese al provecho general, y adquirir renombre con mis trabajos hacia tan importante objeto, dirigiéndolos particularmente á favor de la patria», relata en su autobiografía.

Sus múltiples experiencias de vida han quedado registradas en documentos oficiales, memorias y relatos de los protagonistas de la época. También en su autobiografia, donde Belgrano resalta la importancia de conocer la vida de los hombres públicos.

«(…) La (vida) de los hombres públicos, sea cual fuere, debe siempre presentarse, o para que sirva de ejemplo que se emite, o dé una lección que retraiga de incidir en sus defectos. Se ha dicho, y dicho muy bien ‘que el estudio de lo pasado enseña cómo debe manejarse el hombre en lo presente y porvenir’; porque, desengañémonos, la base de nuestras operaciones, siempre es la misma, aunque las circunstancias alguna vez la desfiguren».

A continuación compartimos una serie de reflexiones, pensamientos y puntos de vista de Manuel Belgrano en diferentes etapas de su vida.

Sobre la patria

  • «Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella», Tucumán, 10 de octubre de 1816.
  • «Nadie es más acreedor al título de ciudadano que el que sacrifica sus comodidades y expone su vida en defensa de la Patria».
  • «No busco glorias sino la unión de los americanos y la prosperidad de la patria», Salta, 1 de marzo de 1813.
  • «Soldados de la Patria: En este punto hemos tenido la gloria de vestir la escarapela nacional que ha designado nuestro Excmo. Gobierno: en aquél, la batería de la Independencia, nuestras armas aumentarán las suyas; juremos vencer a nuestros enemigos interiores y exteriores y la América del Sud será el templo de la Independencia, de la unión y de la libertad. En fe de que así lo juráis, decid conmigo ¡Viva la Patria!», Rosario, 27 de febrero de 1812.
  • «Soldados, hijos dignos de la Patria, camaradas míos: Dos años ha que por primera vez resonó en estas regiones el eco de la libertad, y él continúa propagándose hasta por las cavernas más recónditas de los Andes […] el 25 de Mayo será para siempre memorable en los anales de nuestra historia, y vosotros tendréis un motivo más de recordarlo, cuando en él por primera vez, veis la Bandera Nacional en mis manos, que ya os distingue de las demás Naciones del Globo», Jujuy, 25 de mayo de 1812.

Sobre la libertad

  • «La vida es nada si la libertad se pierde», Buenos Aires, 19 de enero de 1812.
  • «Jamás puedo mirar por glorias la efusión de sangre de mis hermanos», Salta, 20 de febrero de 1813.
  • «Como en la época de 1789 me hallaba en España y la revolución de la Francia hiciese también la variación de ideas y particularmente en los hombres de letras con quienes trataba, se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, seguridad, propiedad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre, fuese donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido», Autobiografía, primera parte.
  • «El camino seguro de la libertad es la lucha por la libertad social».
  • «Las banderas de nuestros enemigos son las que hasta ahora hemos usado […] ¡Abajo, Excelentísimo Señor, esas señales exteriores que para nada nos han servido y con las que parece que aún no hemos roto las cadenas de la esclavitud!», Rosario, 27 de febrero de 1812.
  • «Ni nuestras fuerzas, ni nuestras disposiciones, eran de conquistar, sino de auxiliar la revolución, y al mismo tiempo tratar de inducir a que la siguieran aquellos que vivían en cadenas, y que ni aún idea tenían de libertad», Autobiografía, segunda parte. Sobre su expedición a Paraguay.

Sobre la educación

  • «Fundar escuelas es sembrar en las almas».
  • «No me olvido de lo útil que sería el establecimiento de escuelas de hilazas de lana, para, igualmente desterrar la ociosidad y remediar la indigencia de la juventud de ambos sexos…», Memoria Consular, 15 de julio de 1796.
  • «(…) Esos miserables ranchos donde se ven multitud de criaturas, que llegan a la edad de la pubertad, sin haberse ejercitado en otra cosa que la ociosidad, deben ser atendidos hasta el último punto. Uno de los principales medios que se deben adoptar a este fin son las escuelas gratuitas, a donde puedan los infelices mandar sus hijos, sin tener que pagar cosa alguna por su instrucción; allí se les podrán dictar buenas máximas, e inspirarles amor al trabajo, pues en un pueblo donde reine la ociosidad, decae el comercio y toma su lugar la miseria», Memoria Consular, 1796.
  • «Sin educación, en balde es cansarse, nunca seremos más que lo que desgraciadamente somos», Tucumán, octubre de 1816.
  • «Un pueblo culto nunca puede ser esclavizado».
  • «Venid que de gracia se os da el néctar agradable y el licor divino de la sabiduría»,
    Escudo patrio e inscripción en las puertas de las escuelas. Disposición de Belgrano, Potosí, 10 de julio de 1813.
  • «La enseñanza es la primera obligación para prevenir la miseria y la ociosidad», 17 de marzo de 1810.
  • «¡Cómo se quiere que los hombres tengan amor al trabajo, que las costumbres sean arregladas, que haya copia de ciudadanos honrados, que las virtudes ahuyenten los vicios, que los gobiernos reciban el fruto de sus cuidados, si no hay enseñanza y la ignorancia va pasando de generación en generación con mayores y más grandes aumentos!», 24 de marzo de 1810.
  • «Es verdad que en Humahuaca promovió el reclutamiento de los hijos de la quebrada que tanto honor han hecho a las armas de la Patria, y se empeñó en su disciplina, para lo que él confiese que es a propósito, y, sí en mi mano estuviera, lo destinaría a la enseñanza, y particularmente de la caballería, pero de ningún modo a las acciones de guerra», Autobiografía, tercera parte. Sobre la batalla de Tucumán.
  • (…) «Inspirar a sus alumnos amor al orden, respeto a la religión, moderación y dulzura en el trato, sentimientos de honor, amor a la virtud y a las ciencias, despego del interés, desprecio a todo lo que diga a profusión y lujo en el comer, vestir y demás necesidades de la vida, y un espíritu nacional, que les haga preferir el bien público al privado, y estimar en más la calidad de americano que la de extranjero», Artículo 18 del Reglamento de las escuelas de Tarija, Jujuy, Santiago del Estero y Tucumán, 1813.

Sobre el deber del funcionario público

  • «El modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente», Salta, 5 de marzo de 1813.
  • «Ni la virtud ni los talentos tienen precio, ni pueden compensarse con dinero sin degradarlos», Jujuy, 31 de marzo de 1813.
  • «Renuncio a mi sueldo de vocal de la Primera Junta de Gobierno porque mis principios así me lo exigen», Buenos Aires, 15 de noviembre de 1811.
  • «La familia podrá exigir a las autoridades públicas el respeto a los derechos, que salvando a la familia, salven a la misma sociedad», 28 de abril de 1810.
  • «Era preciso corresponder a la confianza del pueblo, y me contraje al desempeño de esta obligación, asegurando, como aseguro, a la faz del universo, que todas mis ideas cambiaron y ni una sola concedía a un objeto particular, por más que me interesase: el bien público estaba a todos instantes ante mi vista», Autobiografía, primera parte.
  • (Sobre la labor del Consulado) «Mi ánimo se abatió, y conocí que nada se haría en favor de las provincias por unos hombres que por sus intereses particulares posponían el del común; sin embargo, ya que por las obligaciones de mi empleo podía hablar y escribir sobre tan útiles materias; me propuse al menos echar las semillas que algún día fuesen capaces de dar frutos, ya porque algunos estimulados del mismo espíritu se dedicasen a su cultivo, ya porque el orden mismo de las cosas las hiciese germinar», Autobiografía, primera parte.

Sobre la economía y el comercio

  • «Nuestros patriotas están revestidos de pasiones, y en particular, la de la venganza; es preciso contenerla y pedir a Dios que la destierre, porque de no, esto es de nunca acabar y jamás veremos la tranquilidad».
  • «Este país, que al parecer no reflexiona ni tiene conocimientos económicos, será sin comercio un país desgraciado, esterilizada su feracidad y holgando su industria».
  • «La ciencia del comercio no se reduce a comprar por diez y vender por veinte; sus principios son más dignos, y la extensión que comprenden (…)». Memoria Consular del 15 de julio de 1796.
  • «Existiendo el contrabando y con él el infernal monopolio, se reducirán las riquezas a unas cuantas manos que arrancan el jugo de la patria y la reducen a la miseria», Memoria Consular del 16 de junio de 1809.
  • «Todas las Naciones cultas se esmeran en que sus materias primeras no salgan de sus estados a manufacturarse, y todo su empeño es conseguir, no solo el darles nueva forma, sino aun atraer las del Extranjero para ejecutar lo mismo, y después vendérselas (…)». Memoria Consular del 14 de junio de 1802.
  • «Toda nación que deja hacer por otra la navegación, que podría emprender ella misma, disminuye sus fuerzas reales en favor de sus rivales».

Sobre la prensa

  • «La libertad de prensa es tan justa dicha facultad, como lo es la de pensar y de hablar, y es tan injusto oprimirla, como lo sería en tener atados los entendimientos, las lenguas, las manos o los pies a todos los ciudadanos».
  • «La libertad de prensa es necesaria para la instrucción pública, para el mejor gobierno de la Nación, y para su libertad civil, es decir, para evitar la tiranía de cualquier gobierno que se establezca (…)».
  • «Sin esta libertad no pensemos haber conseguido ningún bien, después de tanta sangre vertida y tantos trabajos».

 

FUENTE: Instituto Nacional Belgraniano/III Congreso Nacional Belgraniano, Belgrano Siglo XXI/Autobiografía Manuel Belgrano.


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