Hoy hace 30 años que la Organización Mundial de la Salud reconoció que ninguna orientación sexual debía ser considerada un trastorno y eliminó la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales.

Durante mucho tiempo el discurso sobre la diversidad sexual y la identidad de género giró en torno a la salud mental, por considerar a la heterosexualidad como única orientación sexual válida y a ser varones y mujeres como las únicas identidades posibles y sobre todo, aceptables.

La discriminación por orientación sexual e identidad de género es consecuencia de prácticas culturales y prejuicios muy arraigados acerca de una supuesta “normalidad” que expulsa a quienes no se inscriben en ella. ¿Pensaste en todo lo que se considera “normal” y lo que no?

Estos intentos de establecer parámetros de validez, en la práctica, se traducen como violaciones de derechos de quienes no “encajan” con el modelo y muchas veces implican que las personas no accedan a un trabajo, al sistema educativo o que su salud y seguridad estén en riesgo.

Nuestro país es pionero en el reconocimiento de los derechos de todas las personas, independientemente de su orientación sexual e identidad de género. En 2010 se sancionó la Ley de Matrimonio Igualitario y hace poco celebramos los 8 años de la Ley de Identidad de Género.

La creación de este ministerio, el primero de Argentina, continúa esa construcción de igualdad en la diversidad y es el ejemplo más claro de que hoy la defensa de los derechos de las personas LGBTI+ ocupa un lugar prioritario en la agenda pública y política.

Para que vivamos en una sociedad más justa necesitamos trabajar mucho y juntxs, con el objetivo de que los prejuicios no nos ganen y podamos desarmar las ideas que intentan establecer jerarquías entre personas. Al fin y al cabo, todxs somos igual de diferentes.

En el Día Internacional contra la Discriminación por Orientación Sexual, Identidad y Expresión de Género te proponemos cambiar la mirada para transformar la realidad en una más libre, igualitaria y sin violencias para todos, todas y todes.

FUENTE: Ministerio de la Mujer.


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