“El tiempo no te da tiempo” nos dice Mariana Fricke, mientras se queja de quienes no respetan el tiempo de los otros… de quienes no cumplen con los acuerdos y se cagan en los demás.

El teatro no deja de representarse a si mismo y no deja “Hipótesis de una despedida” de evocar una obra clásica como es “Esperando a Godot” de Samuel Beckett. No deja de hacerse preguntas sobre lo absurdo de ciertas conductas de lo humano, de lo social y lo inhacible de un duelo.

No nos devela Mariana si quien nos habla en escena es ella o un personaje que ella necesita para exponer este bíodrama. Cinco actos marcados por los colores de su vestuario lo beige, lo azul, lo rojo, lo negro, el juego plástico con un mantel que “Es”  lo que la escena necesita que “Sea” y una constante pregunta: “¿le habrá pasado algo?”.

Mariana nos lleva cuidadosamente a su dolor… a su impotencia y a una pregunta sin respuesta ¿Qué se hace?. Digo cuidadosamente porque ella la escribió, la actuó ,se dirigió e intenta compartir con nosotros “eso” inexplicable que la atraviesa. El último acto nos invade con aromas de una picadita con cerveza… un rito que poéticamente  se construye  para ahuyentar, para expulsar el dolor y dejar que te caigan las fichas, y que intentes de algún modo, elaborar una “Hipotesis de una despedida.”

El sábado 21 a las 21 en la sala Onírico Sur, del Ushuaia Center, el nuevo grupo de teatro Mambass presentó la obra “Hipótesis de una despedida”. Mariana Fricke subió a escena para interpretar su texto y desarrollar la puesta que ella misma diseño. No estuvo sola, la acompañó Catalina Mora, asistiéndola en la dirección y operando el sonido, el diseño de luces lo hizo Gustavo Pérez y la operación técnica Meli Toledo. También la asistieron Marta Montejar y María Rosa Páez. La cobertura fotográfica y audiovisual fue responsabilidad de Marta Montejano.

Mambass debuto con la calidad que te da decir tu propia palabra… tener ese “Algo que contar” ojalá el trabajo crezca, el grupo se afiance y tengamos más encuentros como el de este sábado pasado y estás Mambass, de algún modo, nos envenenen poéticamente el alma y podamos encontrar en nosotros el antídoto para sanarnos.


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