La obra de Danza Teatro “Rodando en Una Noche Venturosa”, es una mirada diferente en las relaciones humanas y la integración de las discapacidades motoras.

El amor, el dolor, el deseo, la desesperación, el sarcasmo y el humor se suceden en el devenir de sus personajes.

Maximiliano Ávila, su director y Coreógrafo nos cuenta que: “Hace un año  que empecé a trabajar con un grupo de artistas con discapacidad motora y artistas que no lo tenían y empecé a trabajar una obra buscando una fusión entre estás capacidades diferentes y me encontré con  un mundo de la discapacidad en donde había como temas tabú que no se hablaban, entonces empecé a trabajar con esta temática de la discapacidad”.

Alejados totalmente de esta realidad preguntamos cuales son esos temas de los cuales “No se hablaban”. Y Maximiliano nos cuenta:“ por ejemplo lo que pasa con la sexualidad en la discapacidad, lo que sucede con los familiares de los discapacitados, que sucede con las broncas internas, que me sucede con esto, porque con mi discapacidad actúo como que no la tuviera, o me siento demandante  por lo que me sucede”.

De que modo han trabajado la inclusión, lo que tiene que ver  que con las diferencias que tenemos todos: “ todos somos diferentes, pero trabajemos con la responsabilidad que  significa la inclusión no solamente de un lado sino también del lado de quien sufre la discapacidad de subirse al nivel de un artista profesional. Porque lo que sucede muchas veces con la discapacidad, es que muchos artistas  trabajan por ser discapacitados, no por ser artistas que están en una silla de ruedas o tienen alguna otra discapacidad, sino que se los pone en el escenario por el hecho que están en una silla de ruedas”.

Este tipo de conducta hacia las personas con discapacidad sigue siendo de algún modo también discriminación : “Y en algún punto… Y que es  genial ese trabajo en el sentido de la integración para el arte, pero si hablamos del arte profesional en cambio lo que quiero mostrar con esta obra y estoy muy contento con los interpretes porque son todos profesionales en esta obra y que son artistas dignos de estar en un escenario a nivel profesional estén o no en una silla de ruedas. Esta  es una gran diferencia. Si no estarían en una silla de ruedas también estarían en la obra. No están por estar en una silla de ruedas”.

Maximiliano nos señala que este modo de trabajar: “es un cambio cualitativo también, con respecto a esa mirada. Y también atreverse a hablar de los propios temores. Estás cuestiones que por ahí no se hablan de la discapacidad por  este sobre cuidado que se tiene con el miedo a ofender, con el miedo de herir a las personas. Y quedan temas como tabúes”.

De que modo los tabúes no son una traba: “Acá por supuesto el respeto nunca se pierde porque hay un trabajo de mucha confianza entre nosotros y poder hablarlo pero me he metido con temas más álgidos y no por eso hay golpes bajos”. Y cómo lo presentan: “ desde el humor viene una cosa muy argentina, una cosa de la diversión…pero bueno tiene un humor sin filtros, contenidos dentro de una estructura de danza teatro, con todo un acerbo cultural de cosas icónica de nuestro país, como tiene que ver obviamente el tango, como tiene que ver que en algún momento todos van a reconocer, series de televisión que alguna ves todos vimos, alguna telenovela que vamos a ver reminiscencias que nos hace acordar. Es decir tomé cosa icónicas de nuestra cultura, no sólo de la música sino también del acerbo popular de lo que consume el argentino medio y que se van a ver reflejados en esta obra así que contento con el trabajo y muy contento con los interpretes”.

Maximiliano, en principio, fue invitado a trabajar como coreógrafo con un grupo que estaba conformado con interpretes con discapacidad motoras e interpretes que no. Era su primer trabajo le pidieron hacer algo con el tema de la integración : “me corrí absolutamente y dije que a mi me interesaba si podía experimentar y hacer lo que quería , tuve esa libertad, trabajé en este primer grupo, después eso se independizo y esta obra adquirió una personalidad propia”.

“ahora el grupo es la obra” explica Maximiliano “estos artistas son convocados para la obra. Y tenemos un trabajo en conjunto con respecto a la obra. Fui creando en la medida  de lo que iba viendo en los ensayos y de lo que iba buscando en los interpretes, también de lo que ellos me devolvían e iban aportando. Y en donde iba viendo dificultades ahí ahondaba”.

Hasta que punto el trabajo fue simple o difícil: “tuve resistencias, resistencias lógicas, este tema no quiero hacerlo. Encontraba al principio esto de: No me sale en un ensayo, bueno no me sale. Y uno dice bueno, no me sale en un ensayo, lo trabajo lo entreno…. eran por ahí, estas licencias que tienen estas personas con discapacidad en el mundo artístico, que se los expone hasta donde pueden” y Maximiliano sentía que había un desafío: “ Acá todos corrimos los limites, no solo las personas que estaban en sillas de ruedas sino también los que no está, que a veces estaban en un lugar de acompañar a los que están en la silla de ruedas. Acá son todo interpretes protagonistas en diferentes momentos de la obra pero cada rol es muy, muy importante e interactúa mucho con el otro rol”.

Nos interesa saber como es la dinámica de la escena y Maximiliano explica que: “Hay mucho trabajo detrás de escena, cuando uno está en escena el compañero está ayudando a un cambio de vestuario o alcanzando un objeto del que está en sillas de rueda, del que no lo está. Es una compañía muy inclusiva entre ellos, todos están atentos a lo que ocurre a la generalidad de la escena. Eso es también algo que les ha demandado un gran trabajo en equipo a ellos como interpretes, no sólo lo que busco en la obra sino el trabajo interno de interprete”.

Macarena Higueras una de las interpretes, interviene y nos dice que: “Es un trabajo súper rico, porque uno está experimentando continuamente con el otro, esto de los limites y Maxi nos lleva a un lugar súper de ir al máximo en lo personal de cada uno y eso esta buenísimo”, y nos revela su sensación del detrás de la escena:“No podés estar desatento en ningún momento, todo el tiempo por más que no estés en escena que la gente está viendo, estas en una escena en el detrás de la escena”…. “estamos cincuenta minutos continuamente haciendo algo, nunca estás paspando moscas, o mirando al compañero… sino que todo el tiempo estás haciendo algo, que demanda todo tu enfoque de estar ahí presente y eso es muy interesante”.

Macarena termina señalando sobre la comodidad de trabajar en esta obra ya que: “hay una conexión entre todos los compañeros que se ve en la puesta en escena y es muy lindo eso”.

La obra la presentaron en un pequeño Festival “Cambalache” la repercusión fue muy buena y los invitaron al programa “La hora del Tango en Canal 7. Luego un ensayo general con público: “ y la devolución fue siempre muy grata y con esto de muy innovadora  en esta mirada con respecto  a la inclusión de la discapacidad con la no discapacidad”.

Maximiliano está feliz de lo alcanzado por el elenco ya que: “Nadie esta al servicio  del otro. Nadie es un complemento del otro ni nadie esta en un lugar por ser un discapacitado. Están en esta obra por ser artistas interpretes que están haciendo un personaje”.

La discapacidad y su inclusión nos expresa Maximiliano : “Fue el motivo disparador… pero ahora deviene esta obra en una cosa más equitativa en cuanto a la responsabilidad que cada interprete tiene en su rol. Por eso es súper importante que cada uno de ellos, y son todos muy diferentes, eso le da un eclecticismo a la obra muy interesante. Porque trabajamos con esas diferencias, no tratamos de ocultarlas, sino que se muestran  de una manera muy evidente al servicio de esta diversidad de la obra. En lo poético la obra tiene mucho texto, poesía y nos metemos en temas álgidos pero con un vuelo, no literal, ni tampoco  hay golpes bajos, pero si hay humor negro y esta contenido por lo musical y la poesía y cierta estética”.

Este sábado 20 y domingo 21 de abril a las 20:00 en la sala Niní Marshall de la casa de la cultura de Ushuaia subirán a escena: Aixa Di Salvo, Silvia Luciana Galván, María José Benítez Coll, Priscila Peralta , Macarena Higueras, Manuel Rojas , José Luis Basualdo, Tamara Guerra, Matías Ramírez. La Dirección y Coreografía es de  Maximiliano Martino Ávila y cuenta con la Asistencia de Adriana Reinozo.

Cabe señalar que “Rodando en Una Noche Venturosa” nació como un proyecto con el grupo Alma de Danza Integradora, pero se transformó en una obra con identidad propia, trascendiendo las fronteras del grupo y solidificándose como una obra de artistas independientes.

La obra fue estrenada en el XII Festival Cambalache, elogiada por la prensa como una de las más destacadas del Festival.

 

PRODUCCIÓN: La Mirada.

 


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