Porque no sabemos que decir en momentos como estos, y creo que nunca aprenderemos, salimos a buscar las palabras de amigos y conocidos que sean más lúcidos a la hora de despedir a alguien que nunca nos abandonará. Encontré a tres, tal vez porque hemos estado de algún modo vinculados en estos últimos días, y encontré algunas palabras de Anahí como dichas al viento. La encontré a Alicia que decía a los amigos de Anahí:“Anoche, en tan solo un minuto, mi hermana se fue de este mundo”. Y nos compartío de Anahí:

No veré más a la lluvia dorada 

pintar el mar, 

ni a los pájaros del alma 

beberse a cántaros el viento.

Un fulgor distinto iluminará el paisaje 

y la travesía será más tenue.

En la ciudad también está el desierto.

Del libro Bonus Track.

De Florencia Lobo podría transcribir todo pero les dejo a Ustedes esa curiosidad y sólo tomo tres líneas: “ Murió Anahí Lazzaroni. Murió una poeta exquisita. La de la fina mirada, sagaz, precisa. La luchadora silenciosa. La inquieta silenciosa. La lectora ávida. La observadora”. Y transcribe uno de sus poemas preferidos:

DOS BARCOS

No sé por qué me persiguen dos barcos

que se estrellan en la madrugada

o en una noche que no es ni áspera ni dócil.

Apenas veo sus proas.

No los distingo los siento ahí

en alguna parte del mar,

de otro mar que no es el mío,

tampoco el de los sueños.

Quizás sí sea el de la infancia,

más allá del Le Maire,

el de los libros o el de las pesadillas de invierno.

Dos barcos grises, sin tripulantes,

chocando sin ruido

entre olas altas.

De su libro“Alguien lo dijo”.

 

Luis Comis sencillamente planteo: “tristísimo día, hoy no hay viento ni pájaros, se han ido con ella. Nos dejó Anahí Lazzaroni

Murió un pájaro

de alas brillantes

vuelo
sereno

canto
profundo.

Su silencio

aún

retumba.

Del libro“Alguien lo dijo”

 Y Anahí decía de si misma en algún momento en una entrevista : “Hasta hace un par de años el primer borrador siempre lo hacía a mano y continuaba en la computadora. En estos momentos casi no puedo escribir si no es máquina mediante aunque se que si surge un poema, de ser necesario, podría escribirlo a mano como en los viejos tiempos.
Escribo sobre todo por la tarde y algo que necesito de un modo más que imperioso es un silencio absoluto. Las hojas blancas tamaño A4 me producen una atracción hipnótica. Sin plan, bastante a ciegas, con un inmenso placer. Corrijo, sigo corrigiendo aún una vez que el texto ha sido publicado, acepto sugerencias. Aparece a veces en forma de una idea otras es como si mirara lo que pasa en el mundo y tradujera a un lenguaje poético eso que creo ver. Pero no se si debería decir que miro el mundo o que escucho el mundo y después escribo o que hago una cosa o la otra según la ocasión. Me encantaría escribir con más continuidad. Soy de las que deben esperar que la poesía las visite”.

 Y es maravilloso leer sobre tanta consciencia de si misma: “Escribo para huir de la angustia, de la furia y de mi propio cuerpo. Ahora que lo pienso le pido demasiado a la poesía. Con el correr del tiempo mis hábitos de escritura, para bien o para mal, fueron mutando; muy lejana está la época en la que al componer un poema sentía que alguien me lo dictaba. Los temas son los mismos de siempre, no cambiaron: la poesía, la ciudad, el paisaje, las tonterías de la vida cotidiana pasadas por el cedazo de la luz -sus variaciones a lo largo del día me producen un poder hipnótico-, y una ristra de preocupaciones de diferentes medidas y muy diversos orígenes. ¿Cómo surgen con exactitud?

De una idea, una frase escuchada por azar o de una palabra de la que vaya a saber por qué no puedo desprenderme”.

Y Nadie mejor que Alicia para recordarnos todo lo que iremos descubriendo paulatinamente al leer y releer sus poemas. :“Me dejó mucho, su valentía, su creatividad, sus poemas, sus libros, su humor, la mágica atmósfera que perdura entre sus enseres cotidianos, sus papeles y anotaciones. Un rayo de sol de otoño ilumina hoy su recuerdo.
Tristeza, tristeza y paz”.

Anahí Lazzaroni nació en La Plata. Residió en Ushuaia desde su infancia. Publicó: Viernes de Acrílico (1977), Liberen a la libélula (1980), Dibujos (Ediciones Revista Aldea, 1988), En esta ciudad se escribirá una novela (prosa, Ediciones Revista Aldea, 1989), El poema se va sin saludarnos (Ediciones Último Reino, 1994), Bonus Track (Ediciones Último Reino, 1999), «A la luz del desierto» (Ediciones Último Reino, 2004). Entre 1986 y 1994 codirigió la revista «Aldea». Colaboró en diarios y publicaciones del país, y del extranjero. Poemas suyos han sido traducidos al italiano, francés, coreano y catalán

 

FUENTE: Selva Dipasquale / Florencia Lobo / Luis Comis / EL INFINITO VIAJAR Revista Virtual de Arte y Poesía / Alicia Lazzaroni

 

 

 

 

 


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