Oscar tiene 31 años, es nacido en Ushuaia, Tierra del Fuego. Presenta un espectáculo de Stand Up en Lakuma Bar de vinos. Diego Ramos, dueño del lugar, tiene la gentileza de presentármelo. Aprovechamos un instante antes del espectáculo para charlar un poco de la propuesta.

“ A principio de este año arranqué con la iniciativa o busqué la alternativa de hacer Stand Up”,y nos Cuenta que para él: “Era un género que me gustaba mucho y vi que en la ciudad no había, arranqué solo y bueno… hoy afortunadamente estamos en diciembre y tenemos un grupo que lo conformamos siete personas”.

Son siete pero estuvieron cinco, Oscar Maggeri, un fueguino; Carolina Cataldi, una rosarina; Vanesa Maguregui  Krone, una porteña; Adrián Burioni un paranaense y Facundo Giacomini, uno de Puerto Deseado…¿cuál es el gentilicio? va de cabeza otro tema para un monólogo de Facundo.

“La verdad que esto va creciendo y día a día estamos logrando que en la ciudad de Ushuaia haya un lugar para el Stand up, que es una propuesta que no había hasta el momento”, nos declara Oscar, y le pregunto como nace el deseo: “Esto lo hago como hobby, algo así. Aparte sale más barato que hacer terapia» (se larga una carcajada). Expresa que todos lo hacen por gusto: “inclusive logramos formar un grupo raro, por así decirlo, dadas las profesiones de cada uno que lo integramos, tenemos desde un urólogo, un psicólogo, un anestesista, un guía de turismo, profesores, una maestra jubilada, y yo soy bombero voluntario…El grupo se llama Humor del Fin del Mundo”.

El espectáculo tiene como maestros de ceremonia a Adrián Burioni y a Oscar Maggeri. Tratan de contextualizar el espectáculo para el público cuyo fin según Adrián es “chuparse unos vinos, comerse una picada, pasarla bien y que no les importa lo que ellos hablan”. Oscar quiere dejar en claro que el humor es políticamente incorrecto y que nadie se tiene  que sentir ofendido porque no es la intensión del grupo ofender a nadie:“ no como esos que escriben en el face llamándome gordo puto”.

La dupla funciona, el público ya entendió la clave del juego teatral, por más que Adrián y Oscar discutan si es o no teatro, si existe o no una cuarta pared, el Stand Up es un hecho teatral, es un estilo de comedia donde el comediante se dirige directamente al público presente, de esta manera se establecen pequeños diálogos entre el comediante y el público, generando un clima de diversión, donde los espectadores participan más activamente y se sienten parte del espectáculo.

El espectáculo es usualmente llevado a cabo por un solo comediante con la ayuda de un micrófono, y a diferencia de un show unipersonal, el Stand Up  está pensado para que sea gracioso.

El género nace durante la era dorada de la radio, es entre 1950 y 1960 donde una nueva generación de comediantes norteamericanos empieza a explorar con temas políticos, raciales y humor sexual.

En la Argentina si bien siempre existió el género del Café Concert, con referentes como Antonio Gasalla, Carlos Perciavalle, y monologuistas como Enrique Pinti y Tato Bores, el Stand Up irrumpe en Buenos Aires en los primeros años del nuevo siglo y comienza a ganar rápidamente fanáticos.

La primera propuesta en el circuito teatral comercial que impulsó el género fue Cómico Stand Up, protagonizada en sus diferentes ediciones por referentes del género como Sebastián Wainraich, Peto Menahem, Diego Reinhold, Martin Rocco y Dan Breitman, entre otros. En los últimos años han aparecido otras propuestas en el circuito comercial como Canchero, Pucha y Barullo, aunque la mayoría de los shows se desarrollan en el circuito off, en teatro-bares y salas alternativas.

El Stand Up parece haber desembarcado en Ushuaia, y Lakuma parece ser  la cuna. En Río Grande, ya Andrea Ricchini, de Profesión docente, hace más de siete años que la pelea. Aquí hemos tenido experiencias de narraciones orales escénicas de la mano de Silvia Milat, una pionera, y en la actualidad los chicos de Pierda Libre, Juan Gramajo y  Cinti Pihuala, brindan su propuesta de ImproTeatral, pero el Stand Up tiene otra estructura.

«Incorrectxs – stand up –» es un espectáculo de humor que intenta sólo, pura y exclusivamente que la pases bien.  Oscar jugará con su edad, la separación, la comunicación virtual y la boludez  de los varones que les creen a las mujeres aún cuando saben que mienten. Facundo se pondrá en el papel del antihéroe, del torpe, del miedoso y se burlará de su propia profesión de psicólogo y reclamará constantemente un linchamiento. Carolina se declarar políticamente incorrecta con sus alumnos de la EPET y blasfemará a lo largo del monólogo contra los pisteritos de Ushuaia y comparara virilidad e inteligencia con la altura de los amortiguadores del auto. Adrián se obsesionará con los nombres “los blancos ricos se llaman Lenin y los negros pobres Carl”, dirá que los nombres nos determinan.  Vanesa fue la única cuya temática aludió a las fiestas, parodiando la navidad y celebrando el festejo de fin de año, “porque es tiempo de brindar”, sacó un bombacha rosada y le preguntó al público si la suerte de uno puede estar sujeta a algo como eso.

Hicieron sorteos, el público la pasó bien. En el cierre Diego Ramos pasó a dar unas palabras y no resistió la fuerza del escenario y aludiendo a su pediatra, con la mejor prestancia de actor de Stand Up, recordó casi traumáticamente que el muy cruel le había dicho a su madre que sería un hombre alto por el tamaño de los pies, y que hoy lo maldecía porque sólo era un petiso patas grandes.

Lakuma es un bar de vinos, pero si miras en detalle hay cuadros de Jorge Iasich ambientando el lugar, y ha brindado un espacio para que algunos artistas de la ciudad se muestren y el público disfrute de un ambiente de complicidad. Siempre es bueno, como en este caso, terminar el año riendo, es el principal objetivo de los muchachos y chicas de “Humor del Fin del Mundo”.

 

PRODUCCIÓN: La Mirada.

 

 

 

 

 


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