Este miércoles 19 de diciembre en el Almacén de Ramos Generales, la Editora Cultural Tierra del Fuego presentó la segunda edición del libro “Celdas”, una compilación de Alicia Lazzaroni.
Federico Marcel, director de la Editora, fue el encargado de las formalidades del evento y compartió la mesa de presentación con Alicia y la Licenciada Karin Otero. Asimismo estuvo presente el Secretario de Cultura Provincial, Gonzalo Zamora.
El libro “Celdas” con textos de presos y confinados en Ushuaia durante los años 1896 y 1947, es el libro número 77 publicado por la editora desde su creación en el año 2008.
Marcel explicó que: “en esta edición particular el diseño de portada estuvo a cargo de Pablo Alonso…y la fotografía es de Alicia Lazzaroni”.Y se refirió a la practicidad del libro destacando que: “nos gustó mucho el formato de edición, pequeño… de mano, un libro práctico pensado para el bolsillos del turista”.
El director de la editora se explaya sobre la relación entre cárceles y literatura, sobre el imaginario de la mítica prisión de tierra del fuego, y sobre lo escrito manifiesta que: “sobre todo la primera, la que abre el cuerpo del relato, verdaderamente es estremecedor. Pensar en aquel lugar, pensar independientemente de los crímenes, que hacían que las personas estuvieran ahí, porque esas eran las condiciones en que pasaron la mayor parte de sus vidas. En esa recreación uno se mete en el libro pretendiendo que no es una ficción sino la realidad, y es un libro estremecedor desde ese espacio”.
Además del peso literario del trabajo de Alicia para la editora: “en términos culturales, entendemos que Tierra del Fuego es como un bastión con un foco de migraciones tan fuerte hace que la población encuentre dificultades para acceder a un pasado en común, el libro de Alicia viene a trazar historia, forma parte de un cuerpo de obras que trazan un faro, un camino a las generaciones que vienen, a los jóvenes artistas que hoy por hoy, también están produciendo sus obras, pueden ir a buscar también en la investigación y en esta intensión un pasado en común.”
Federico Marcel destacó que: “nosotros creemos, en la Secretaría de Cultura y en la Editora Cultural, en seguir apostando a las industrias culturales y en seguir imprimiendo y acompañando a los artistas para poder seguir dotando a Tierra del Fuego, a la provincia en general, de un cuerpo cultural de trabajo físico”, y agregó un dato esperanzador para los artistas: “incluso en estas circunstancias de crisis sobre las cuales atraviesa económicamente el país en general, el año que viene vamos a tener el doble del presupuesto asignado. Así que la editora cultural va a seguir editando libros, apostando sobre todo a la calidad, intentando ganar a la crisis, porque seguimos creyendo que la única manera de construir en términos culturales es en un formato de aplicación concreta, en este caso la impresión de libros”.
La licenciada Karin Otero, contextualizó desde el punto de vista histórico el escenario del presidio, en donde transcurrieron esos actos de escritura plasmados en el libro de Alicia, y señaló que: “todo documento es verdadero en tanto trasmite la verdad de la experiencia. Entonces la experiencia poética, la experiencia del encierro, del martirio es de por sí verdadero y tiene que ser por supuesto interpretada. Entonces esa dimensión vital que tiene la escritura fue posible como espacio de libertad sin duda, como punto de fuga.»
En esta contextualización, detallada, política, social y económica de esa época Karin destaca: “En un paradigma de desarrollo político y cultural, progresista darwinista social, de la mano de la expansión de la revolución industrial y de la conquista territorial, del confinamiento de los revoltosos sociales que, mayormente en el caso de la Argentina, eran inmigrantes con ideologías anarquistas y socialistas. Pero también del confinamiento, del aislamiento y de acorralar a las poblaciones originarias, pensemos que el estado argentino está conquistando la Patagonia, posando aquí un destacamento naval, una prisión y al mismo tiempo el avanzar de ese ejército y de ese poblamiento 
blanco, es el arrinconamiento y muerte de esos pueblos originarios. Esa es la marca de origen geopolítico que tiene el territorio de Tierra del Fuego, que por supuesto ha ido recibiendo oleadas migratorias, y de mezcla y mixturas por suerte. Somos una sociedad de mezclas por suerte, entre habitantes originarios e inmigrantes, y blancos y criollos de otras regiones que hemos ido poblando el lugar”.
Alicia se muestra tranquila pero la dinámica de sus ojos, esa búsqueda de la mirada que acompaña de sus amigos y esa vuelta al ensimismamiento, revelan una profunda
sensación que la atraviesa. Acomoda un vaso, abre el libro, lo cierra de nuevo y busca algo en la cartera. No es poca cosa presentar un trabajo que: “es una reedición de un libro que escribí en el 2009. Hice pocos ejemplares. La gente de acá no lo conocía. Nació por la misma fuerza de sus textos”. Además Explica: 
“Yo estaba investigando para otro trabajo sobre el presidio y empecé a encontrar estos textos”,dejó lo que estaba haciendo: “como si me parecía que había algo que me decía que todos esos textos estuvieran agrupados y ese algo es la visión de los confinados, la visión de los presos, tan diferente a la visión nuestra. Una visión de una Ushuaia desolada, triste, melancólica, que tal vez, también sirva – si entendemos esta mirada – sirva para entender otras miradas actuales con las cuales por ahí no estamos de acuerdo porque no conocemos los contextos personales”.
Con los años su mirada romántica de la primera edición cambió: “ahora me mueve otra idea que es mi interés por el patrimonio cultural inmaterial”, y precisó que: “la comunidad es la que elige cual es su patrimonio, podemos aceptar la ayuda de gente estudiosa o que tiene experiencia para que nos ayude, pero el patrimonio, nosotros decimos este es nuestro patrimonio, este no”.
Los criterios sobre patrimonio han cambiado mucho, si bien se sigue manteniendo esa idea del patrimonio cultural como monumento histórico, como por ejemplo es el presidio, “está la otra idea de patrimonio como algo no tan grandioso pero que está más cerca nuestro. Como por ejemplo la visión de los presos, las historias de los fundadores y el patrimonio inmaterial no se contrapone con el patrimonio material, sino que entre los dos se apoyan. Donde hay un patrimonio intangible está apoyado en uno material”.
Alicia, al referirse a la estructura del libro cuenta que: “los presos comunes hablaban de su experiencia, yo traté de buscar igual textos que hablaran de la experiencia cotidiana de ellos, de sus vivencias…escribían en papeles de diarios conseguidos a escondidas, pues estaban prohibidos o los de estraza hallados en la basura, en las páginas de los libros de la biblioteca, en block de cartas que no usaban porque no tenían a quien dirigirlas y a falta de todo esto se las ingeniaban grabando palabras y frases en las heladas paredes de las celdas”.
Silvina Biot, Carlos Zampatti y Lucía Porta acompañaron con la lectura de tres textos del libro.
El Almacén de Ramos Generales quedó chico para la convocatoria, pero fue un buen contexto edilicio histórico, ya que se fundó en 1909 con la misma importancia de patrimonio histórico tal como el presidio, que comenzó a construirse en 1902. Los dos sitios son, arquitectónicamente, el testimonio de una época. En palabras de Karin Otero “a principios del siglo XX, se estaba plasmando un proyecto de país, un proyecto de la generación del 80, es decir de los sectores de la elite agroexportadora de la Argentina, de esa clase dirigente, liderados en ese momento por Julio Argentino Roca, y la idea de establecer esta arquitectura penitenciaria en la región magallánica tiene implícito la necesidad o la voluntad política de establecer soberanía en unos territorios muy lejanos para lo que era en ese momento el modelo dominante en este país agroexportador que miraba fundamentalmente a Europa”.
El libro de Alicia retorna en esta segunda edición para que nos miremos fundamentalmente a nosotros, tal como sentencia la autora en su prólogo:“es en la escritura poética de los presos donde tal vez se perfile la más verídica crónica del presidio”.
PRODUCCIÓN: La Mirada.
