Gabriela Vernieri es escenógrafa, vestuarista, actriz, directora, docente teatral y artesana. Llegó a Ushuaia a sus 30 años, desde Salta, y desarrolló un amplio trabajo en el campo de las artes escénicas. Se ha destacado por la producción con niños y adolescentes en una larga trayectoria al frente de los talleres de la Municipalidad de Ushuaia, en el campo de lo independiente, es fundadora de la Casita Azul del Arte.
En el 2015 migró a Buenos Aires por problemas de salud, sometiéndose a un complejo tratamiento oncológico. Ahora ha retornado a la ciudad y está poniendo en escena “Secretos” de la dramaturga, actriz y directora teatral uruguaya, Diana Raquel.
“Yo en Buenos Aires hice Secretos, dos temporadas, 2018 y repetí Secretos en el 2019” cuenta Gabriela y explica que: “para Buenos Aires era diferente, porque yo
tengo 65 años y la dictadura no pasó por el costado. Mi papá estuvo preso, a mi me interrogaron, yo estuve muy jovencita siendo interrogada, cuando yo me volví a Buenos Aires por una situación de salud, Buenos Aires me devolvió la memoria, realmente… los 24 de marzo no fueron lo mismo que en Ushuaia, había otra cosa. Yo vivía en la zona del Congreso y eso hizo que Secretos, que era una materia pendiente en mí, cobrara vida, cobrara vida intensamente, y apareciera un elenco entre las cuales había ex alumnas mías fueguinas que querían trabajar”.
Sobre lo que significó montar un espectáculo en Buenos Aires describe que: “era un vértigo poner en Buenos Aires y saber que iba a hacer. Y también fue una sorpresa que fuera hasta más tranquilo que en Ushuaia, en algún sentido. Como que… en Ushuaia hay muchos deberías. Cuando se pone algo en escena estas viendo que dice uno o que dice el otro, ahora ya no los tengo (a los debería), en realidad el teatro gusta o no gusta, le ocurre a uno, le pasa o no le pasa y eso fue un aprendizaje que yo hice en aquellos años en Buenos Aires. Pero acá en Ushuaia yo no ponía en escena desde el año 2015”.
A Gabriela le es necesario evaluar lo producido en Buenos Aires y el nuevo montaje
con un nuevo equipo aquí en Ushuaia: “lo que hace y lo que me pasa a mí, con esta obra , es que me interpela permanentemente, a mí y a las actrices entre sí. Obviamente que también interpelará al público” y destaca lo que le pasa a los personajes: “me parece que estos cinco personajes que están arriba del escenario, ni ellos saben el por qué se encuentran en ese lugar, pero se encuentran. Cada una viene de distintos mundos, una vive en la filosofía y la fantasía, otra vive en la realidad más dura de la vida, de sostener desde muy pequeña muchos hijos, otra está desesperada por un mandato que, vaya a saber de donde viene y tiene que ocuparse de la venta de una casa, y otra atravesó ese lugar desde un lugar más sufriente, donde perdió lo más sagrado que puede perder una mujer, que es un hijo. Estas mujeres que tienen como inquietudes diferentes de vida, formas de pensar, de a poco se van mirando… yo creo que se empiezan a mirar y se empiezan a escuchar”.
Gabriela remarca reiteradamente que la obra la interpela y señala que la cuestiona: “como directora de teatro, a mí me interpela porque me emociona permanentemente, me hace reír permanentemente”.
Para Gabriela en la resolución de la obra hay algo afable: “no es una obra que interpela por interpelar y ¡Ya! , sino que es una obra que interpela y de alguna manera resuelve esto que interpela, resuelve el dolor, resuelve el recuerdo, resuelve la historia, entonces eso es como… fuerte, es muy fuerte que el grupo de actrices que me acompaña, que son todas maravillosas, hayan abrazado el texto completo
y cada una su personaje y eso es maravilloso. Yo estoy, en este último tiempo, después de mucho trabajo interno muy conmovida, muy emocionada y muy contenta”.
Asimismo, sobre el periodo que vivió en Buenos Aires, Gabriela destaca que: “me fui en el 2015, con esta enfermedad fea que cambia la vida, cambia la cabeza, cambia el alma. Volver acá, a Ushuaia, y la pandemia y todo lo que nos ocurrió como personas, como comunidad, como país, como mundo también, modifica. Y yo volví a Ushuaia con la premisa de sanar, de sanar el alma, de sanar el cuerpo, de sanar los malos entendidos de uno mismo, de ser joven y no saber como manejarte en este mundo, en esta Ushuaia que tiene sus complejidades en el mundo de la cultura y del arte, sus sensibilidades diferentes. La verdad que es un momento en el que estoy muy feliz conmigo. He trabajado mucho para adentro y creo que estoy encontrándome con los frutos de esa paz de ese espacio del arte que nos da herramientas y que si uno las puede canalizar llegan a buen puerto”.
En cuanto al proceso de trabajo, que estuvo atravesado por la pandemia, evoca que: “todas estuvimos aisladas, tuvimos muchas dificultades para conseguir espacio para ensayar, para encontrarnos las siete que éramos originalmente, porque ahora somos ocho, con eso me encontré y con mucho compromiso de parte de las actrices, nunca dejamos de trabajar, ni ellas ni yo porque en un momento que yo tuve COVID y estuve mal, ellas se siguieron juntando para pasar letra”.
Gabriela explica que la obra tiene situaciones grupales permanente, pero también tiene situaciones individuales: “entonces hemos avanzado y ha habido un compromiso de las actrices de abrazar un texto realmente, de irse a casa del ensayo y volver con preguntas, volver con inquietudes, volver con situaciones resueltas, eso es maravilloso”.
Sobre el trabajo con este nuevo equipo de actrices cuenta que: “me encontré con un grupo humano maravilloso, con distintas edades porque tienen edades muy diversas pero con afinidades desde el alma. Yo siempre digo que a mí me gusta trabajar con muy buenas personas y que el desafío de sacar la actriz lo tengo yo… y esto es así… tengo una de las actrices que nunca trabajó actoralmente, hizo danza, rap, pero nunca actuó y la verdad que apareció una actriz por el compromiso, por la captación de las marcaciones, por el trabajo con sus compañeras que, para mí, es como sacarse el sombrero, poner en valor que todos tenemos un actor adentro… hay que echarle mano y sacarlo y que el otro se deje sacar ese actor y eso es con lo que me encontré… estoy muy contenta, emocionada permanentemente, y también mucha solidaridad entre el grupo”.
“Secretos” será estrenada el jueves 24 de marzo en la Sala Niní Marshall de la Casa de la Cultura. Será en el marco del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. En ese marco, con este compromiso asumido, Gabriela espera que: “el público reciba un darse cuenta. Un darse cuenta que no tiene que perderse la memoria, que no tiene que olvidarse, que nuestro país cambió, nuestra historia cambió a partir de ese momento aunque no nos demos cuenta” y amplió “espero que el público de Ushuaia, sobre todo, tome una sensibilidad en relación al resto del país. Me parece que tener la obra puesta en toda la provincia habla del unir, y poner este tipo de obra en esta provincia también habla del unir con el resto del país, que a veces las fiestas de conmemoración suelen ser feriados, en donde… está bien, Ushuaia es rara, y uno suele quedarse en la casa, entonces, un poco la propuesta de esto, en este día es eso… no olvidar, conmemorar de verdad con respeto y seriedad. Reflexión… espero eso… reflexión desde el alma, sanación, mirarse, eso creo. No sé si es mucho, si es poco, si es lo que desde el lugar del teatro se espera, pero cada uno decide, cuando hace teatro, pararse en un lugar y esperar algo de lo que está haciendo, yo creo, que espero eso. Ya desde el proceso de haber hecho este trabajo para mí es importante y el resultado será la emoción, las risas, el llanto, la reflexión”.
En “Secretos” actúan: Sofía Burgos; Mónica Díaz; Agostina Giorgio; Candelaria González y Cecilia Vaca. La dirección y puesta en escena es de Gabriela Vernieri con la Asistencia en Dirección de Renata Bonetto, y la Asistencia técnica de Matías Hinca.
La cita en Ushuaia es el jueves 24 de marzo a las 20:30, en la sala Niní Marshall de la Casa de la Casa de la Cultura. El 25 y 26 de marzo a las 21:00 en la Casa de la Cultura de Río Grande y el 27 de marzo a las 18:00 en el Anexo del Polideportivo Ezequiel Rivero de la ciudad de Tolhuin.
PRODUCCIÓN: La Mirada.
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