Un público vestido de negro con máscaras iguales, práctica puesta de moda en el medioevo, las máscaras y la ropa igualan, homogenizan, envisten al público con el rol de voyeur, el espacio diseñado como una casa de familia en donde el público invadía el espacio escénico para mirar de cerca lo que acontecía en una escena iluminada de forma minimalista.
En el Hall de la Casa de la Cultura el público espera el inicio de la obra y dos amigos se encuentran como de casualidad, uno invita al otro a su casa. Los actores entran al Foyer de la Casa de la Cultura, en el interior hay un espacio dividido en tres compartimentos, en uno una mujer, en los otros dos los hombres. Tres escena partidas, cada una cuenta como se preparan para el encuentro. Se insinúan dos amores que tal vez ninguno vale la pena ser vivido. Las
imágenes disparan múltiples sentido, uno se puede quedar en el cliché de lo que ve o atravesarlo y ver más allá.
Desde el primer momento en que Martín Pereyra y Santiago Campos irrumpieron en la escena fueguina vaticinaron aires nuevos para la escena, fundamentalmente en la danza contemporánea, pero los muchachos inquietos buscan aproximarse a lo teatral y L.O.C.A (Lo Oculto CambiA) viene a proponer esas aproximaciones entre la danza y el teatro.
Dicen que Martín haciendo unas compras se le cruzó la idea de contar una historia y que tenía ganas de hacerla con Santiago Campos y su compañera Camila Pereyra. Los tres, como equipo creativo, convocaron a Matías Hinca como asistente de Dirección y a Juan Pablo Noriega como Asistente Técnico.
L.O.C.A. está montada sobre la destreza de los bailarines y la potencia de construir imágenes que gatillan diferentes sentidos en un público que acecha, espía, observa disimuladamente, mira y encuentra en la escena diferentes objetos que consciente o inconscientemente cuentan – manzanas, fotos, juegos, vino, comida.
L.O.C.A. tuvo sus dos funciones inaugurales que demostraron que su estilo de representación será en versiones y que cada encuentro será único. No hay nada que contar de L.O.C.A. hay que estár ahí y vivenciar lo que los actores-bailarines proponen en una narración casi sin palabras.
En lo conceptual aparecen preguntas: ¿por qué LOCA y no LOCOS? ¿es ella la loca que lleva a un desenlace trágico? Aparecen preguntas que seguramente la potencia de la obra, lo que
acontece, hace innecesario cualquier tipo de explicación… ya que las obras se explican a si mismas.
Martín, Santiago, Camila, Matías y Juan Pablo, acompañados por Mayra Nuñez en el diseño de vestuario propusieron un espectáculo vital que moviliza y dispara múltiples sentidos y que vale la pena verlos.
FUENTE: Proyecto Rubik
PRODUCCIÓN: La Mirada.
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